La inserción laboral
La tasa de parados universitarios se sitúa por debajo del 10 por ciento. Cuatro años después de acabar sus estudios, solo cuatro de cada diez personas consigue un trabajo fijo. Veremos con la crisis que viene
Ilusionados, los alumnos universitarios comienzan sus carreras impulsados por la satisfacción que recibirán al trabajar en lo que les gusta. No cabe duda de que pocas cosas pueden condicionar más nuestra vida que la elección de lo que vamos a estudiar, pero, desgraciadamente, la burbuja universitaria explota cuando nos vemos con un título y sin un trabajo. La tasa de parados ronda el 10%. Aun teniendo su grado acabado, el 30% de los graduados no encuentra empleo, y diversos análisis afirman que cuatro años después de finalizar los estudios, solo cuatro de cada diez consigue un puesto fijo. En la actualidad, la inserción laboral de los titulados se enfrenta a los desafíos tecnológicos y a la digitalización. Por ello, el reto para los sistemas educativos y la sociedad es tratar de organizar la formación en este escenario. A esto hay que sumarle que las carreras con más altas tasas de empleabilidad son casualmente las que menos se estudian. Uno de cada dos licenciados universitarios en nuestro país es de la rama de Ciencias Sociales y Jurídicas cuando el actual mercado laboral demanda claramente titulados con un perfil más técnico. Los resultados revelan que las titulaciones universitarias relativas a campos como Informática, Ingeniería, Matemáticas y Estadística logran los niveles más elevados de inserción laboral y la mejor calidad de esta. Por ejemplo, en los grados relacionados con el campo de la Informática, el 84,6% de los titulados trabaja después de cuatro años de haberse graduado y el 83,6% cuenta con un contrato indefinido. Por otro lado, los titulados que tienen menos oportunidades laborales son los que han estudiado carreras relativas a Artes, Humanidades y Derecho, puesto que solo el 58,9 %, el 57,6 % y el 55,7 % de ellos, respectivamente, están afiliados a la Seguridad Social al cabo de cuatro años de finalizar sus estudios. Asimismo, registran bajos niveles de contratación indefinida, con un 48,1%, 51,5%, y 56,9 %. De los afortunados que consiguen trabajo al acabar su carrera, solo el 60% recibe un sueldo acorde con lo que ha estudiado.