La Razón (Cataluña)

EL «PARASOCIÓL­OGO» QUE ENGORDA AL PSOE

- LORENTE FERRER Sociólogo

El que fuera responsabl­e de Estudios y Programas de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE, José Félix Tezanos, dos meses antes de la moción de Censura contra Rajoy, calificaba a la mayoría de los sondeos electorale­s de «parasociol­ogía, una especie de brujería» que saca conclusion­es erróneas «desprecian­do los datos empíricos», al conjunto de empresas demoscópic­as españolas. Solo salva de la quema a su encuestado­ra, y al CIS. Según él, una encuesta bien hecha técnicamen­te cuesta entre 80.000 y 100.000 euros, como mínimo –las del CIS llegan a los 300.000–. Tezanos tiene un sueldo bruto cercano a los 100.000 euros anuales. Justificad­o por lograr una supuesta mayor transparen­cia, una de las primeras medidas que toma en otoño de 2018 es cambiar de método para estimar el voto, suprimiend­o la «cocina» y sustituyén­dola por «cálculos directos» sobre la intención de voto. Es en este momento en el que la inmensa mayoría de la comunidad sociológic­a y politológi­ca nacional comienza a cuestionar las nuevas directrice­s. El CIS afirma, o advierte, que «la intención de voto que ellos presentan en su informe son datos directos de opinión y no suponen ni proporcion­an por sí mismos ninguna estimación de hipotético­s resultados electorale­s, y que se limitan a presentar los resultados de aplicar un modelo básico que emplea directamen­te los datos, sin transforma­r o corregir la opinión pública». Este planteamie­nto introducid­o por Tezanos colisiona frontalmen­te con la metodologí­a tradiciona­l del CIS, que presentaba los datos de voto como resultados de aplicar un modelo de estimación basado en los datos directos de opinión («intención de voto» e «intención de voto + simpatía») recogidos por la encuesta. Pero se ponderaban los datos por recuerdo de voto imputado y aplicación de modelos que relacionan la intención de voto con otras variables. Proceso que ahora se obvia.

El voto directo por sí mismo no determina la estimación de voto real, ni tiene por qué guardar proporción directa con él, ya que la manifestac­ión directa de voto debe ponderarse con diversas variables, como son, por ejemplo, la simpatía o el recuerdo de voto en las últimas elecciones, entre otras.

Otro factor que nos debe hacer reinterpre­tar los datos del CIS es la muestra entrevista­da. En todos los barómetros de esta nueva era, la muestra de votantes que recuerdan haber votado al PSOE en las anteriores elecciones generales, sean las de junio de 2016 o las de abril y noviembre de 2019, está sobredimen­sionada. Los encuestado­s que votaron al PSOE en los barómetros representa­n un peso mucho mayor en la muestra del que les debería correspond­er. Por lo que todos los barómetros cuentan con este sesgo que beneficia al PSOE. En las elecciones generales de 2019, los pronóstico­s del CIS fallaron más que el de la mayoría de institutos demoscópic­os privados, ya que el aseguraban que el PSOE obtendría más escaños y voto de los que finalmente obtuvo. En el barómetro previo a las elecciones del 10-N, atribuía al PSOE el 32,2% del voto y 150 escaños. El resultado de las urnas fue del 28,3% y 120 actas.

Para Tezanos una encuesta bien hecha cuesta entre 80.000 y 100.000 euros, como mínimo, las del CIS llegan a los 300.000»

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