Raúl, del Buitre a Zidane

NuncaNunca necesitó Raúl González, Blanco de segundo apellido, unos abdominales tableteados para soportar el peso de la camiseta número 7 del Real Madrid. El gol y el carácter ganador los llevó siempre en la sangre, por donde circula también ese ADN madridista que se transmite de generación en generación en Chamartín. El delantero al que hizo debutar Valdano en La Romareda con 17 años acaba de cumplir 43. Un escalofrío de realidad para esa generación a la que, más allá de Buffon, no nos quedan futbolistas en activo de nuestra edad. Raúl sustituyó a Butragueño sin pestañear y redescubrió al madridismo el camino hacia las Copas de Europa. En su primer partido europeo contra la Juventus, le retó el veterano Vierchowod. Raúl era un niño, pero se puso frente con frente con el ogro y aguantó la mirada sin achantarse ante aquella Juve que desde Madrid se veía superior. Un gesto iniciático que cambió la historia reciente del Madrid en la que había sido su competición en blanco y negro. Ahora que Zidane acaba de recordar que su estancia en el banquillo no será eterna, y que acaba de soplar las velas el inventor del aguanís, es buen momento para hablar de futuro. Raúl está destinado a ser entrenador del primer equipo y en el club lo saben y lo notan. Es un ganador, le gusta la pizarra y no hay mejor embajador de los valores del Madrid. Su trayectoria en las categorías inferiores es perfecta y ya está en el trampolín del Castilla. Hay tiempo y eso es lo mejor. Cuando Zizou dé un paso al costado, ahí estará Raúl. Si hizo historia como eslabón entre el Buitre y Cristiano, nadie mejor para suceder a ZZ como entrenador.