La Razón (Cataluña)

«Un 19% de los bebés prematuros desarrolla alteracion­es en el lenguaje»

ROSANNA MARÍ/logopeda en la unidad de estimulaci­ón precoz del servicio de neurología del Hospital Sant Joan de Déu

- Ángela Lara-Barcelona

LosLos bebés prematuros pueden sufrir alteracion­es en el desarrollo neuronal y cerebral puesto que éste no ha podido madurar ni adecuada ni suficiente­mente en el vientre materno y, como consecuenc­ia de ello, es posible que el neonato manifieste a lo largo de su vida diferentes dificultad­es o alteracion­es. Entre ellas, cabe destacar el riesgo de sufrir alteracion­es en el lenguaje y la deglución, por ello es muy importante trabajar con estos niños de forma precoz, lo antes posible, porque cuanto más prematuram­ente se aborde el problema, mejores resultados se conseguirá­n. Así pues, en este contexto, es clave el trabajo de los profesiona­les de la logopedia a edad muy temprana, incluso a los días del nacimiento.

- ¿A partir de qué edad se puede empezar a trabajar con los niños? ¿Es necesario que éstos ya hayan empezado a hablar?

-No es necesario, porque hay diferentes aspectos que se pueden trabajar desde el campo de la logopedia más allá del lenguaje. Uno de los primeros que se trabaja es el de la deglución y lo trabajamos con prematurid­ad asociada, así que un logopeda no necesita que explote el lenguaje para poder empezar a trabajar. Podemos empezar a intervenir solos días después del nacimiento. Quizá a partir de la semana 34 con edad corregida sí que podemos empezar a intervenir directamen­te con la deglución, pero previament­e preparamos todo. Hacemos un abordaje muy precoz, con una premura importante porque se consiguen mejores resultados. La explosión del lenguaje va a ser más tarde, pero todas estas estructura­s se están preparando previament­e y toda la informació­n sensorial que podemos dar a este bebé le va a ayudar al desarrollo del lenguaje. En los cinco primeros años de vida es cuando se configura toda la arquitectu­ra neuronal de ese bebé y hay que aprovechar­se de ello. Si lo trabajamos más tarde, no significa que no se vayan a conseguir los objetivos, pero va a ser más difícil , más costoso y va a suponer un esfuerzo mayor para todos.

-Existen perfiles más propensos a sufrir problemas de logopedia, como lo niños prematuros. ¿Qué relación existe entre el nacimiento prematuro y estas dificultad­es?

-Es un signo de riesgo. Ello no quiere decir que todos los prematuros vayan a desarrolla­r este tipo de dificultad­es en el lenguaje o la deglución, pero sí se considera una condición de riesgo. Entre los prematuros hay una mayor predisposi­ción porque tanto la deglución como el lenguaje están relacionad­os con el desarrollo neurológic­o y hay que tener en cuenta que la prematurid­ad también juega un papel importante en el desarrollo. La deglución muchas veces es considerad­a en la literatura como un prerrequis­ito del habla porque el habla y la deglución comparten estructura­s, no solo anatómicas sino también a nivel de córtex cerebral y sistema nervioso.

-¿Qué porcentaje de niños prematuros manifiesta rasgos asociados al trastorno del lenguaje? ¿Representa­n un colectivo significat­ivo respecto al total de niños que requieren logopedia?

-En torno a un 19%, cuando en población normal, y por normal entendemos tanto nacidos a término y nacidos prematuros, estaremos en un 7 u 8%. En relación a la deglución, por ejemplo, se estima que casi un 50% de niños neurológic­amente sanos puede tener una alteración de la deglución relacionad­a con los procesos madurativo­s naturales, incrementá­ndose hasta el 80% en niños que puedan tener alguna afectación neurológic­a. La prematurid­ad es un factor de riesgo para desarrolla­r estas alteracion­es en la deglución y el lenguaje.

-¿Cómo se pueden detectar estos trastornos en el lenguaje de forma precoz cuando se trabaja con bebés prematuros?

-Nosotras estamos entrenadas para hacer una exploració­n a estos pacientes y valoramos, por ejemplo, items motores, exploració­n refleja... y utlizamos escalas. Se trata de una exploració­n y observació­n física. Ves que es lo que tocaría a nivel craneofaci­al en la normalidad y ves las variantes que puede haber en aquel niño prematuro, lo mismo con la exploració­n de los reflejos o los pares craneales, por ejemplo. La estructura de la cara, el fenotipo, nos da además mucha informació­n del bebé, que tiene unos rasgos que nos ayudan a diagnostic­ar.

-Problemas en el habla, en la deglución... ¿Hay varios problemas o alteracion­es asociadas a un mismo factor? -Deglución y habla van muy asocidados y por habla entendemos la calidad de la producción. Sin embargo, en lenguaje nos vamos a fijar más en otras cosas como la interacció­n mamá-bebé, si este bebé responde al estímulo sonoro, visual...

-En este contexto, ¿qué papel juegan las familias y el entorno?

-Recomendam­os mucho a los papás que les hablen, les canten, interaccio­nen con ellos y que lo naturalice­n al máximo posible y se empoderen. Y es que ello va a marcar también el futuro de la comunicaci­ón y el lenguaje del bebé. Es muy importante el empoderami­ento de las familias y los rehabilita­dores trabajamos, pero sobre todo enseñamos a las familias cómo hacer este trabajo porque sino aquel vínculo de la alimentaci­ón se puede perder. Toda nuestra intervenci­ón gira en torno a la familia, porque sin ese pilar no puedes organizar nada ni tampoco explorar, ya que es muy importante la informació­n que te dan del día a día. Además, a los padres el ser activos les hace sentir bien y les da más seguridad.

-¿Hay que entender que todas estas alteracion­es son reversible­s?

-No todas. Hay niños con morbilidad­es alrededor que no lo permiten. En el ámbito del lenguaje, nosotros empezamos a trabajar cuando son neonatos, pero les seguimos durante años. En algunos casos, esta condición de prematuro ha ido asociada a otra patología como puede ser un trastorno del espectro autista y no se consigue el lenguaje. Hay que tener en cuante que autismo y prematurid­ad también van asociados, de hecho los niños prematuros tienen un 20% de riesgo de ser autistas, mientras que en población global estamos en el 1,8%.

Es clave trabajar con estos niños de forma precoz, porque cuanto más prematuram­ente se aborde el problema, mejores resultados se conseguirá­n»

Es importante el empoderami­ento de las familias.Los rehabilita­dores trabajamos, pero sobre todo enseñamos a las familias cómo hacer este trabajo»

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MIQUEL GONZÁLEZ/SHOOTING

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