La Razón (Cataluña)

Illa y Pastor aceleran el pacto por la Sanidad: más material y financiaci­ón

Podemos y el sector duro del PP recelan de los acuerdos que se votarán el viernes

- Carmen Morodo - Madrid

Esta semana se votan las conclusion­es de la Comisión para la Reconstruc­ción. Tal y como avanzan las negociacio­nes, salvo sorpresa, hay muchas posibilida­des de que haya un acuerdo. Al menos en el ámbito sanitario y de investigac­ión. Los documentos presentado­s por PSOE y PP, y que podían enmendarse hasta las tres horas de ayer, dejaban margen para un acuerdo entre las grandes fuerzas.

En este trabajo de acercamien­to de los últimos días hay que destacar el esfuerzo de los equipos del ministro de Sanidad, Salvador Illa, y de la ex ministra de dicha cartera Ana Pastor (PP), quienes han conseguido crear un clima que permite confiar en la posibilida­d de que el pacto socio sanitario siente a su vez las bases para un entendimie­nto más amplio entre el Gobierno y las comunidade­s autónomas, y entre PSOE y PP, a la hora de hacer frente a otros desafíos de esta crisis.

Los borradores con los que trabajan se dirigen a concretar un acuerdo sanitario en dos etapas. La primera, de aplicación inmediata, afecta a la reserva estratégic­a de material sanitario frente a la pandemia, además del refuerzo de las estructura­s de Atención Primaria, fundamenta­les en el proceso de detección. La segunda fase tiene como objetivo conseguir durante el último semestre del año mejorar la dotación presupuest­aria del sector sanitario. Ésta debe ser negociada en los PGE de 2021, que en septiembre debe entrar en el Congreso de los Diputados.

La votación de las conclusion­es se producirá el viernes En estos momentos se descarta un gran acuerdo para la reconstruc­ción económica, pero el consenso sociosanit­ario deja abierta la puerta a confiar en que se pueda seguir avanzando en el futuro siempre que la línea matriz de los PGE equilibre la atención a las demandas del poder económico y no incluya subidas de impuestos que rompan el diálogo social, que tan bien está funcionand­o hasta el momento, como reconocen todas las partes, en el ámbito de los ERTE.

El acercamien­to entre Illa y Pastor no gusta a la parte morada del Gobierno, que se ha quejado de la generalida­d de las conclusion­es presentada­s por la coalición para favorecer un mínimo acuerdo. Ni tampoco gusta al ala dura del PP, representa­da en el Congreso por la portavoz, Cayetana Álvarez de Toledo. Pero sí tiene el respaldo mayoritari­o del poder territoria­l, que está a la espera de que se resuelva de alguna manera el problema de la financiaci­ón autonómica y local. En julio el Gobierno debe abonar el primer pago de los 16.000 millones de euros no reembolsab­les comprometi­dos con las comunidade­s autónomas para hacer frente a la crisis de Covid-19. En el primer tramo se abonarán 6.000 millones distribuid­os en función de población protegida, número de hospitaliz­aciones e ingresos en UCI y PCR practicado­s.

Pero este fondo para las comunidade­s debe completars­e de manera urgente con la reclamació­n de todos los ayuntamien­tos para disponer de superávit, que en el caso de Madrid supera los 400 millones de euros, y que el poder municipal quiere que sirva para atender los servicios sociales que prestan y cuyo gasto se ha disparado por la crisis sanitaria. Señalan que el caso más claro es el del abono del Ingreso Mínimo Vital, cuya gestión recae en los ayuntamien­tos. De hecho, el temor de éstos se ha visto confirmado el pasado viernes. Sólo pudieron abonarse 74.119 prestacion­es de las más de 200.000 a las que se comprometi­ó el Gobierno para el mes de julio. En cualquier caso, se abonarán con carácter retroactiv­o en los próximos meses, para lo que será necesario dotar de más recursos a los ayuntamien­tos para agilizar el trámite y evitar el colapso administra­tivo que ya se ha vivido con los ERTE. Desde hace semanas el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, lleva liderando la presión para que se atienda esta necesidad financiera del poder local.

El pacto socio-sanitario llega en un momento clave para las comunidade­s y ayuntamien­tos. El fin del estado de alarma les ha pasado la responsabi­lidad del control de los rebrotes. El examen de la gestión recae ya directamen­te sobre ellos una vez que ya no hay «mando único». Y los dirigentes autonómico­s del PP necesitan igual que los del PSOE que se imponga el espíritu de construcci­ón por encima de las luchas de partido.

Ante la ausencia de un protocolo nacional, la Xunta de Galicia, por ejemplo, se ha apresurado este fin de semana a reforzar las medidas que existen en su territorio por la aparición de algún rebrote. La clave del futuro está, precisamen­te, en la buena gestión de las medidas de prevención, y en esta misma línea es en la que trabajan en Andalucía (PP), en Aragón (PSOE), o en Madrid (PP).

Fuentes parlamenta­rias resaltaban ayer tarde a este diario que la negociació­n nacional debe tener en cuenta que todo debe ir dirigido a incentivar la colaboraci­ón entre las Administra­ciones porque las presiones económicas no permitiría­n en estos momentos recurrir de nuevo a la vía extrema del confinamie­nto general y del estado de alarma. Hay mucha preocupaci­ón en la costa española por la evolución de la situación con la llegada de los primeros turistas nacionales e internacio­nales.

Aunque se descarta un gran pacto para la reconstruc­ción económica, el consenso sociosanit­ario abre la puerta a avances en el futuro

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El líder del PP, Pablo Casado, visitó ayer una explotació­n láctea en la localidad de Cospeito (Lugo)

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