Los Verdes derrotan a Macron y a los «chalecos amarillos»
Macron creó La República en Marcha, un partido hecho a su medida, para alcanzar el Elíseo y apuntalar su poder político al margen de las formaciones gaullistas y de un Partido Socialista en sus horas más bajas. Pese a que Macron tiene la mayoría en la Asamblea Nacional (313 de 577 diputados) consiguió aprobar su reforma de las pensiones con un coste político altísimo, a pesar de una izquierda dividida y radicalizada. Su liderazgo ha sido cuestionado por su falta de empatía, su elitismo –no esconde su condición de «enarca»– y una pérdida de contacto con la realidad ciudadana. El resultado de las elecciones municipales no ha sido una sorpresa: En Marche no ha conseguido ganar en ninguna ciudad importante. Este hecho rompe el tradicional municipalismo francés –no hay político de nivel que no haya sido primero alcalde– y le aleja de ser un partido con arraigo en la calle. El gran triunfador han sido Los Verdes y todo indica que será el nuevo aliado de Macron, lo que invita a otra lectura: los «chalecos amarillos», los habitantes de las pequeñas ciudades y defensores del diésel, y su larga y violenta protesta, han sido derrotados, por lo menos electoralmente, por el partido del ecologismo. Macron aguantó, pero no ha recogido los votos.