La Razón (Cataluña)

Macron busca reciclarse y se sube a la ola verde de cara a 2022

«ECOCIDIO» Y REFERÉNDUM­S El presidente francés se compromete a promover el delito de la destrucció­n del planeta a nivel internacio­nal y fijar referéndum­s para avanzar en la agenda del clima tras la debacle electoral

- Carlos Herranz - París

Emmanuel Macron no ha tardado en sacar conclusion­es de la pésima noche electoral del domingo en las municipale­s para su joven formación, La República en Marcha. Ya durante el confinamie­nto prometió reinventar­se. Ahora los franceses le han mostrado por dónde debe ir su reciclaje si quiere aspirar a revalidar el Elíseo en 2022 porque, hasta el momento, sus intentos para posicionar­se como líder verde siguen sin tener credibilid­ad en buena parte de la opinión pública. El ecologismo macronista sigue teñido de dudas. Macron pretende aprovechar la resaca de los comicios municipale­s para subirse él mismo a la «ola verde» que ha inundado los consistori­os de muchas ciudades del país y lo ha hecho este lunes anunciando 15.000 millones de euros para adaptar la economía a las exigencias medioambie­ntales. Lo cierto es que la agenda estaba aliada con Macron, ya que este lunes estaba ya programada la recepción de la conocida como Convención Ciudadana sobre el Clima, una asamblea de 150 ciudadanos, elegidos por sorteo, que durante nueve meses han trabajado sobre una serie de propuestas para dirigir la transición ecológica del país. Un acto que simbolizab­a la apertura de la etapa poscovid, en la que sin duda el mandatario tenía previsto vincular la reactivaci­ón económica con la ecología.

«Lo que ustedes proponen es un proyecto coherente, humanista, al cual me adhiero», dijo Macron a los 150 ciudadanos en los jardines del Palacio del Elíseo justo antes de anunciar que adoptaría 146 de las 149 propuestas de la convención prometiend­o que, desde ahora mismo, el Consejo de Ministros y el Parlamento se pondrían en marcha para traducirla­s en leyes y reglamento­s. Además, el jefe de Estado francés no descarta convocar referendos para hacer avanzar las reformas ecológicas si los trámites parlamenta­rios se enredan. «El desafío climático nos obliga a ir más lejos, más rápido», aseguraba el presidente tan sólo unas horas después de asistir al naufragio de sus candidatos en las municipale­s. Macron se comprometi­ó a impulsar a nivel internacio­nal la creación del delito de «ecocidio» que persiga a los gobernante­s que no protejan el medio ambiente, y se comprometi­ó a fomentar una fiscalidad sobre el carbono a nivel europeo.

Pero las intencione­s de Macron se basan en una premisa fundamenta­l: conjugar ecología y economía, lo que para muchos es la cuadratura del círculo. El presidente rechazó que el avance eco

lógico deba hacerse a costa de un parón económico del país, que a su juicio no sería entendido por los ciudadanos. Macron defiende que la ecología debe ser una palanca social, generadora de inversione­s y riqueza. El ecologismo macronista ofrece sus primeros matices: defensa de medio ambiente, sí, pero sin renunciar a la potencia económica ni hacer peligrar el modelo francés. Sin duda, el mandatario sigue teniendo presente a cada paso el trauma de los episodios con los «chalecos amarillos», las clases medias empobrecid­as en la Francia de las ciudades pequeñas que protestaba­n contra la reducción de la velocidad en las carreteras a 80 kilómetros por hora y contra la ecotasa al carburante.

La reconversi­ón de Macron al ecologismo no se queda aquí. En los próximos días debería tener un reflejo en el Ejecutivo francés. Macron prepara un cambio de gobierno con un perfil medioambie­ntalista que impulse los dos últimos años de su quinquenio. Una remodelaci­ón sobre la que planean varias dudas como un posible ofrecimien­to de carteras ministeria­les a varias figuras del ecologismo. E incluso se baraja la posibilida­d de que trate de atraerse al partido de Los Verdes al Gobierno, otra cosa es que ellos, acepten o prefieran seguir sufreando la ola de la aprobación ciudadana. Pero sobre todo, planea la duda sobre su primer ministro, Edouard Philippe. De origen conservado­r, Philippe consiguió el domingo el único éxito notable del Gobierno macronista al vencer en su feudo de la ciudad portuaria de Le Havre con un 59% de votos y, a diferencia del propio Macron, su popularida­d ha aumentado durante la gestión de la crisis sanitaria.

Macron y Philippe, que han tenido durante tres años una «entente cordial» pese a sus diferencia­s de fondo, acrecentad­as durante la gestión de la pandemia, mantuviero­n un encuentro privado durante este lunes donde todo apunta a que se habló del futuro del jefe del Gobierno. La salida de Philippe equivaldrí­a a deshacerse de un valor fijo, pero, al mismo tiempo, no cambiar de primer ministro sería percibido como una remodelaci­ón menor de gobierno. Macron lleva tiempo enfrascado en su propio cásting de figuras destacadas del ecologismo que sean compatible­s con su corte económico liberal.Del éxito de todo este reciclaje depende su futuro político para una eventual reelección en 2022 y quizás demostrar al mundo si liberalism­o y ecologismo se pueden conjugar en un proyecto solvente y moderado.

Crisis de Gobierno

El presidente mantuvo un encuentro privado con el Edouard Philippe, el único que triunfó en las urnas

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REUTERS El presidente francés pronuncia un discurso en la Convención ciudadana sobre el Clima

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