China probará su vacuna en el Ejército
será inoculada en miles de soldados a lo largo del próximo año. Este ensayo pone a Pekín en primera posición
Llegan buenas noticias desde China o, al menos, esperanzadoras. El gigante asiático ha dado luz verde a un ensayo clínico para probar una vacuna experimental contra la COVID-19. La denominada Ad5-nCoV, desarrollada por la farmacéutica local Cansino, prevé inocular gracias al visto bueno de la Comisión Militar Central a miles de uniformados del Ejército chino a lo largo del próximo año después de haber mostrado resultados prometedores en sus primeros ensayos con centenares de personas.
A grandes rasgos, el funcionamiento de esta vacuna experimental, que es una de las ocho que se están probando en el país, emplea un adenovirus del resfriado común para introducir en las células humanas información genética del nuevo coronavirus. Una vez en el cuerpo humano, fabrica algunas de las proteínas virales y parece lograr una respuesta inmune sin que se padezca la enfermedad.
Aunque su eficacia todavía no ha sido probada, este nuevo paso servirá para demostrar si los ensayos chinos van por la senda adecuada. Según declaró la compañía china a la publicación científica «The Lancet» los resultados «representan un logro importante. Las pruebas demuestran que una simple dosis de la nueva vacuna contra la enfermedad COVID-19 (Ad5-nCoV) produce anticuerpos específicos del virus y células T en catorce días, convirtiéndose en un candidato potencial para una investigación más profunda».
Por ello, «la vacuna Ad5-nCoV está actualmente limitada solo a usos militares y no se puede expandir a un rango mayor sin la aprobación del Departamento de Apoyo Logístico», advirtió la empresa biotecnológica china, que ha desarrollado este prototipo junto a la Academia de Ciencias Militares. Sin embargo, la farmacéutica china ha esgrimido «secretos comerciales» para no especificar si los militares chinos que harán de conejillos de indias con este nuevo prototipo se han ofrecido de manera voluntaria o han sido obligados por sus mandos superiores, según recogió la agencia Reuters.
Este ensayo pone a Pekín en primera posición de la carrera mundial por encontrar una vacuna contra un virus que ya ha contagiado a diez millones de personas y ha acabado con las vida de otro medio millón en todo el planeta. Según el registro de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el mundo hay 149 candidatos a vacuna, de los que 17 ya están en el procedimiento de ensayos con humanos.
Entre algunos de los proyectos a la cabeza está el de la Universidad de Oxford y la farmacéutica británica AstraZeneca, cuya vacuna experimental se ha probado en más de 15.000 voluntarios de Reino Unido, Sudáfrica y Brasil, este último uno de los países en los que la pandemia ha golpeado más fuerte; o el de la estadounidense Moderna, desarrollado junto a los Institutos Nacionales de la Salud de Estados Unidos y que tiene previsto probarse en el mes de julio en 30.000 voluntarios. Si bien la primera se basa también en un adenovirus del resfriado, la norteamericana lo hace en la información genética del nuevo coronavirus, concretamente en el ARN, el ácido ribonucleico.
En China, donde la epidemia está bajo control, también se comenzaron a probar otras dos vacunas a principios de este mes en trabajadores de empresas estatales que tenían previsto salir al extranjero. Sin embargo, los expertos apuntan a que pese a todos los esfuerzos, todavía queda una largo recorrido hasta que lleguen al público una vez se compruebe que son efectivas y ni siquiera, advierten, se tiene garantía de que alguna logre funcionar.Por eso, la OMS, que tan solo contabiliza 26 enfermedades con vacuna, se muestra cauta y ha pedido a la población no bajar la guardia. La consecución de una vacuna contra cualquier enfermedad ha requerido de una media de 10 años y, aunque la rápida propagación de este virus ha acelerado el proceso, por ahora impera el mantener las precauciones recomendadas.