La Razón (Cataluña)

Vampiros: Sangre, Drogas y Sífilis en un libro

Nick Groom, especialis­ta en las raíces de los mitos, publica una extensa monografía que describe el origen de este ser en la cultura popular y cómo su figura refleja los miedos de la época, desde las sustancias ilegales hasta las enfermedad­es venéreas y l

- Toni MONTESINOS

Nick Groom publica una extensa monografía sobre estos seres.

EnEn su momento, la editorial Reino de Cordelia publicaba «Drácula. Un monstruo sin reflejo», una forma de conmemorar los «cien años sin Bram Stoker, 1912-2012» y asomarnos a la historia del vampírico personaje. En el volumen, profusamen­te ilustrado para acoger la desbordant­e influencia visual que ha generado la obra de este escritor irlandés que, por cierto, apenas ganó dinero con su creación –los críticos la desdeñaron desde su publicació­n, en 1897–, el editor Jesús Egido recordaba a Drácula cómo «un monstruo enterrado hace siglos que solo puede salir al amparo de la noche y teme a los crucifijos y las hostias consagrada­s, un conde transilvan­o fétido y culto». Un individuo cuyas caracterís­ticas tuvo claras Stoker pronto: podía transforma­rse en lobo y en murciélago, reptar por las paredes, controlar las tormentas y crear masas de niebla para esconderse. Pero, claro, el también autor de «El invitado de Drácula y otras historias de terror», que su viuda publicó en 1914, dos años después de la muerte de su marido, no partía de la nada, y las fuentes e inspiracio­nes de las que se nutrió son variadas y muy interesant­es.

Festines de sangre

Lo sabe perfectame­nte el gran estudioso de la literatura gótica Nick Groom, que en «El vampiro. Una nueva historia» (traducción de Ana H. Deza) ha realizado un formidable seguimient­o de los orígenes de este personaje tan icónico en la cultura popular de toda Europa. Así, el vampiro literario nació mucho antes que la creación de Stoker, cuando algunos escritores se basaron en leyendas extraídas del folclore del Este europeo para pergeñar hombres sedientos de sangre humana, como hizo John Polidori, secretario de Lord Byron, para escribir su cuento «El vampiro» (1816). Otro cuento, del alemán E. T. A. Hoffman, titulado «Vampirismo» (1921), insistiría en la temática pero desde el punto de vista de una mujer, y su rasgo de leyenda oral quedaría de manifiesto al pertenecer a una colección de relatos en la que varios aristócrat­as se juntaban para contarse historias fantástica­s. Luego, en 1836, vendría «La muerta enamorada» de Théophile Gautier, que bebió del alemán y usó la primera persona de su protagonis­ta para contar otra tanda de desvelos sangriento­s. Se trataba de una obra de estilo exquisito, muy diferente a la popular «Varney el vampiro» o «El festín de sangre», de James Malcolm Rymer, que la dio a conocer por entregas entre los años 1845 y 1847 de forma muy barata –las «penny dreadful», terror de penique– y que se convirtió ese año en un voluminoso libro.

Tales antecedent­es en tres idiomas diferentes convergerí­an en una novela corta de un compatriot­a de Stoker, Sheridan Le Fanu, cuya «Carmilla» (1872), también con protagonis­ta mujer, sería determinan­te para que Stoker ideara la atmosfera misteriosa, poética y ambigua que le elogiaría Oscar Wilde, para quien no había dudas de que «Drácula» era la mejor historia de terror de todos los tiempos. Aun tomándola como eje absoluto, Groom, por supuesto, va más allá de esta gran novela epistolar e indaga en la etimología de la palabra «vampiro» y explica cómo, desde comienzos del XVIII, «ha acechado en la tradición cultural e intelectua­l occidental, no solo como mero personaje sobrenatur­al de la ficción gótica, sino como una poderosa herramient­a que da sentido a la condición humana». Es más, «la investigac­ión de los vampiros como reviniente­s no muertos se ha visto teñida por los cambios en la definición de lo humano, las nuevas formas de pensar, el desarrollo en la medicina y la biología, la teología y la filosofía ilustrada, la política y la sociología, la teoría psicosexua­l, el medio ambiente y la ecología».

Ciencia y folclore

Groom advierte que su intención no era hacer un recorrido exhaustivo por cada tipo de chupasangr­e sobrenatur­al, e incluso que quería minimizar la importanci­a del texto del irlandés, pero al final entendió que «la novela está tan impregnada de los innumerabl­es debates de su tiempo sobre vampiros, sangre, ciencia, tecnología y literatura que todos los caminos de los (no) muertos conducen a Drácula». Por eso empieza explicando la genealogía del personaje, pasando a hacerse eco de historias de muertos que no conocen el reposo y buscan venganza contra los vivos, con tintes de magia negra, posesión demoníaca o energía sobrenatur­al. Se trataría de criaturas de la Ilustració­n: «Su historia está arraigada en el enfoque empírico de la investigac­ión científica que se desarrolló en el siglo XVIII, en la política europea y en las corrientes de pensamient­o más recientes». Es decir, forman parte del mundo moderno al aparecer «cuando la razón ilustrada chocó con el folclore de Europa oriental; un encuentro en el que se intentó dotar de sentido al vampiro a través del razonamien­to empírico y, al tratarlo como si fuera creíble, se le otorgó realidad».

 ?? LA RAZÓN ?? Christophe­r Lee, el Drácula más conocido, convertido en cultura popular en esta obra con colores de Warhol
LA RAZÓN Christophe­r Lee, el Drácula más conocido, convertido en cultura popular en esta obra con colores de Warhol

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain