María José Navarro

EsteEste es un mensaje para todos aquellos idiotas que no se ponen mascarilla porque da calor. Porque se les sube a los ojitos. Porque huele mal al rato por la boquita de pozo que tienes, tesoro. Porque se les queda el maquillaje pegado. Porque solo les permite tomar el sol tapaditos y parecen un Maxi Bon (que diría el calvo de «Tú no mandas»). Porque ya se la pondrá el otro. Porque tampoco me acerco tanto. Porque al fin y al cabo son mis vecinos. Porque llevo unos meses y no se me ha pegado el bicho, así que no se me va a contagiar ahora, ¿no? Porque ya pasé el coronavirus y estoy inmunizado de tal forma que me puedo saltar las normas. Porque soy joven. Soy joven y todos esos viejos están acojonados pero a mí no me da miedo alguno y soy capaz de sacrificar mi salud de hierro antes de perderme una fiesta. Porque Fernando Simón no se entera. Porque Fernando Simón nos dijo al principio que mascarilla no y ahora dice que sí. Qué sabrá Fernando Simón, que encima no se cambia ni de forro polar. Porque fumo y mientras voy por la calle me lo pongo en la papada mientras le pego al piti. Porque no le veo la boca a mi colega y no me entero. Porque me he puesto carillas nuevas y tengo que lucirlas. Porque me quita el carmín. Porque me suda el bigote. Porque hay que cambiarlas todos los días y me parece carísimo. Porque no me queda bien. Es que no me favorece. Porque no se me ha muerto nadie y me importa un bledo las decenas de miles de familias a las que sí. Porque me importa un carajo que no hayan podido ir a despedirlas, ni siquiera a cogerles la mano mientras dejaban de respirar. Porque me la sopla los millones de personas que han perdido su trabajo. Y, porque si los expertos dicen que está por llegar el segundo zarpazo, no me da la gana. La suerte de los idiotas. Ya cambiará el viento.