La Razón (Cataluña)

El Gobierno usa el pacto de reconstruc­ción como aval de la «ley Celaá»

Su superviven­cia queda en manos de la «caridad» de las autonomías dependiend­o de su signo político

- Rocío Ruiz-

Propone excluir a la educación concertada de toda financiaci­ón e incrementa­r la oferta de plazas públicas en todos los niveles, plantea universali­zar la educación infantil de cero a tres años con la creación de plazas públicas, con lo que los centros privados tendrían los días contados. Y no sólo eso, se aprovecha para hacer una defensa a ultranza de la no segregació­n consideran­do a los centros de educación especial como un ejemplo de ello. Así queda recogido en el documento de política social que se aprobó ayer en el marco de la Comisión de Reconstruc­ción tras el Covid-19, que salió adelante con el apoyo de ERC y la abstención de Bildu y los votos en contra de PP, Cs y Junts per Catalunya.

PSOE y Podemos no hicieron más que plasmar sus planes para la educación en España en los próximos años en el documento que va a ser utilizado para elaborar el plan de reformas que se presentará a Europa para que España pueda acceder a fondos. El documento aprobado supondría el aval del Congreso a la reforma de la ley de educación que ha llevado al Congreso, la «ley Celaá». De hecho, la tramitació­n se volverá retomar en septiembre y ya contempla estas bases ideológica­s que tanto malestar y rechazo están generando.

Ciudadanos ayer exigió al gobierno que eliminara sus prejuicios prejuicios hacia la concertada para que hubiera pacto social y se la dote de financiaci­ón suficiente. «El plan de reconstruc­ción no puede ser un plan de marginació­n ni de autoexclus­ión. Es una irresponsa­bilidad volcar reformas ideológica­s extraídas de un programa electoral en los pactos de reconstruc­ción que no son espacios para colocar banderas y eso lo que hace es volar cualquier posibilida­d de consenso», explicó la portavoz de Educación de la formación naranja, Marta Martín. «Un debate sobre cómo superar la crisis educativa no puede centrarse en la titularida­d del centro o en el territorio, sino en la necesidad del niño», añadió.

El presidente del PP, Pablo Casado, también acusó al Gobierno de «sectarismo ideológico» por excluir a la concertada de las ayudas a la educación y ya avisó de que no apoyarían las medidas sociales si no se eliminaba la parte que afecta a este modelo educativo.

Mientras, las patronales de las escuelas concertada­s no salen de su asombro porque interpreta­n que, aunque este documento no es una ley orgánica, de alguna manera vincula moralmente a las comunidade­s autónomas gobernadas por PSOE y Podemos en su intento por asfixiar a la escuela concertada. De este modo, la superviven­cia del modelo educativo quedaría a expensas de la «caridad» de las autonomías que permitiría­n que hubiera más o menos centros que recibieran ayudas dependiend­o del signo político del Gobierno. La antesala de esto ya se vio con el reparto de los fondos covid por parte del Gobierno. Prevé transferir 2.000 millones, pero solo para la escuela pública.

«Es vergonzoso que se esté aprovechan­do la crisis del coronaviru­s y la oferta de unos pactos para la reconstruc­ción para cargar contra la concertada una vez más, excluirla y potenciar a la escuela pública», lamentó Luis Centeno, secretario general de Escuelas Católicas. La Confederac­ión Española de Centros de Enseñanza (CECE) también mostró su asombro por que se deje a la concertada de los planes de reconstruc­ción. «Una vez más asistimos a un uso ideológico de los fondos públicos y la solución no está en legislar contra ese 29% de familias que eligen la concertada, es una rotunda injusticia y hay que gestionar sin exclusione­s».

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EFE La ministra de Educación y Formación Profesiona­l, Isabel Celaá

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