El Parlament desafía al TC y al Rey: «Cataluña es republicana»
Los letrados advierten de la desobedencia al Constitucional
Nuevo ejercicio de propaganda independentista en pleno verano, con un clima preelectoral dominante en Cataluña y el «procés» agazapado por los efectos del coronavirus y la gestión del Govern. La salida anunciada de Juan Carlos I y la gestión del Ejecutivo de Pedro Sánchez han sido los detonantes para que JxCat, ERC y la CUP lancen un nuevo desafío político con una propuesta de resolución conjunta en la que el Parlament declara que «Cataluña es republicana y no reconoce ni quiere tener ningún Rey» y carga contra el legado de Juan Carlos I. La intención era ratificar que «el único camino para superar este régimen monárquico es constituir efectivamente la república catalana» citando el referéndum ilegal del 1-O y la declaración unilateral de independencia del 27-O, aunque este punto puede no validarse después de las advertencias de los letrados. Otra resolución presentada por JxCat va directa en contra del Constitucional al rechazar una sentencia en la que anuló una comisión de investigación en el Parlament sobre la Monarquía y reprueba a sus magistrados.
Un texto sin efectos jurídicos que sirve para fijar el posicionamiento político de la mayoría de la cámara y lanzar un nuevo órdago al Estado desviando el foco de la gestión de la pandemia. No salió adelante un punto de los «comunes» que defendían que «será la ciudadanía, con su voto en un referéndum, quien decida sobre la forma política del Estado».
Y es que, pese a no tener recorrido, las resoluciones impulsadas suponen una nueva burla al TC, que ya se ha manifestado en contra de que el Parlament apruebe posicionamientos sobre la Monarquía o la autodeterminación. Cabe recordar que la Fiscalía abrió una investigación contra el presidente Roger Torrent por presunta desobediencia en este sentido. Al cierre de esta edición la discusión versaba sobre qué puntos se publicarán en el boletín.
De hecho y entre otros aspectos, también se aprobó pedir la retirada del título de Rey a Juan Carlos I, apostar por la abolición de una institución «caduca y antidemocrática» como la Monarquía e instar al Govern a que no colabore con la Casa Real y a hacer las gestiones necesarias para conseguir la «plena restitución de todo el dinero hurtado a la hacienda pública por la monarquía».
El PSC, por su parte, cerró filas en torno a Sánchez aunque pidió que la cámara considere que las presuntas irregularidades del Rey Juan Carlos I «deben ser investigadas por la Fiscalía y la agencia tributaria, y atribuir y sancionar las responsabilidades que sean oportunas llegado el caso».
Y es que el Parlament abrió ayer sus puertas para celebrar un pleno extraordinario sobre la Monarquía de marcado carácter preelectoral. Los objetivos eran varios: elevar el tono y los ataques a la Corona –en el punto de mira de JxCat, ERC y la CUP– poner en aprietos al PSC y a los «comunes», en el Ejecutivo de Pedro Sánchez, además de desafiar al TC.
Buena prueba de ello fue el discurso inicial del líder del Ejecutivo catalán: mezcló el «procés», los alegatos a favor de una «república catalana independiente» y la revocación del tercer grado de los presos con la falta de recursos por la pandemia y las críticas por igual hacia Juan Carlos I, Felipe VI y el Gobierno de Pedro Sánchez. Torra, además, planteó un desafío, o la abdicación del actual Rey o un referéndum sobre la Monarquía, y retó a los ministros de Podemos a dimitir por la «huida» del Rey emérito. «La única protesta responsable y que entendería la ciudadanía es que todos los miembros del Gobierno que estén en desacuerdo con lo que ha pasado dimitan inmediatamente», para «no ser cómplices» de «encubrimiento» de presunta corrupción, remarcó.
Por su parte, la oposición criticó que se habilitara de nuevo el Parlament para abordar un debate sobre la Monarquía en plena crisis por los notables rebrotes del coronavirus registrados en Cataluña. Cs afeó la «maniobra de distracción» para tapar la «nefasta» gestión del Govern y el PP reprochó que el debate se convocara desde el oportunismo y desde «una notable mezquindad».