DEL PADRE Y EL PATRIMONIO
LosLos periodistas que seguimos la actualidad de EE UU sabemos que el populismo acostumbra a dejarse pelos en la gatera del reglaje institucional. Todo vale en el momento de practicarle una OPA al régimen demoliberal, contra el que laburan. En el caso de Donald Trump hubo cheques chungos que teóricamente salieron para impedir que varias busconas acabasen yéndose de la morraja. Mejor ardují que sabanojó, escribió en 1995 Raúl del Pozo en la serie de crónicas magistrales que dedicó al juicio a Luis Roldán, príncipe de los guripas. En lo tocante a Podemos el Tribunal de Cuentas ha detectado cositas simpáticas en las elecciones del 28-A. En concreto «133.100 euros que no han sido debidamente justificados», más una serie de «gastos por operaciones ordinarias, por importe total de 290.727,41 euros, cuyos conceptos no tienen la consideración de gasto electoral con arreglo a lo establecido en el artículo 130 de la LOREG». A todo esto los ropones del juzgado número 42 de Madrid investigan denuncias por posibles «irregularidades financieras» y teórica «financiación ilegal». Qué decir del simpático cancán con la empresa Neurona, vinculada a trabajos, no digo que sucios, pero desde luego que moralmente dudosos. Por cuanto habrían sido realizados para gobiernos tan impresentables como el de Nicolás Maduro, que no es lo que escriba yo, que he manifestado mis náuseas siempre que puedo, sino que es que además, encima, tiene a medio ejecutivo acusado de tráfico de drogas a gran escala por la fiscalía de EE.UU. y al otro medio sin poder aterrizar, transitar y ni siquiera sobrevolar el espacio Schengen. Por violaciones sistemáticas de los derechos humanos.
Por torturadores y homicidas. Cada vez que alguien en Podemos acusa a sus críticos de intentar embarrarlos con calumnias bastaría con recordarles que por activa y pasiva han bendecido y en no pocas ocasiones ejercido como embajadores, trovadores, publicistas y amigos de un régimen al que Naciones Unidas investiga por posibles atrocidades. Si tienes el estómago rumiante como para justificar una tiranía ruinosa, si jaleaste a un sinvergüenza como Maduro, y antes Chavéz, represores sistemáticos y autócratas de manual, si colocas por delante del Estado de Derecho los palacios de invierno de un utopismo entre decisionista y místico, entre milenarista, asambleario y protomafioso, la posibilidad de que hayas funcionado al margen de las reglas contables, que por supuesto es algo que debería de sustanciarse y probarse, o descartarse, con luz y taquígrafos, los asuntos del parné me parecerían no ya menores sino inevitables. Empiezas por absolver al verdugo y acabas, varias pilas de bullshit más tarde, robando el dinero del cepillo para que la niña cerillera no muera de hipotermia. Por supuesto que sus votantes perdonarían mucho antes la celebración de los probados asesinos que el hipotético latrocinio. Lo dijo Maquiavelo: «Los hombres olvidan más pronto la muerte del padre que la pérdida del patrimonio».
Empiezas por absolver al verdugo y acabas robando el dinero del cepillo para que la niña cerillera no muera de hipotermia»