J. S. - Paloma Cuevas se reinventa y prepara nueva colección de joyas
MIENTRAS PONCE PRESUME DE SEPARACIÓN CON SU NUEVA NOVIA, LA EMPRESARIA CONTINÚA ENCERRADA PLANEANDO SU REGRESO PROFESIONAL
EnEn la finca jienense La Cetrina, Paloma Cuevas ve pasar los días entre rezos y juegos con sus dos hijas. En su fe encuentra la serenidad que necesita en esta etapa de ruptura matrimonial. Pero ni Dios, ni los santos, ni las vírgenes de las que es devota, pueden cambiar una situación sentimental que es irreversible. A Enrique Ponce, por mucho que pida respeto hacia su ex mujer, le deben importar poco sus llantos, de lo contrario abandonaría el exhibicionismo que prodiga con su novia Ana Soria.
Paloma alucina con la actitud del torero y no imaginaba una separación tan traumática. Pero su forma de ser le impide ser más crítica con su todavía marido. La última vez que hablé con ella me dijo que «le deseo lo mejor, no quiero nada malo para él».
En septiembre iniciará una nueva vida en Madrid, alejada de la finca que tan buenos recuerdos le trae de esos casi veinticinco años de matrimonio. Me cuesta creer que durante el confinamiento, hace apenas tres meses, según ha desvelado la periodista Gema López, «hubo más de un acercamiento de Enrique y Paloma, hasta el punto de tener relaciones de las que mantienen los matrimonios». Una unión física de la que se enteró Ana, y presionó a
Ponce con un «o sigues con tu vida o nosotros comenzamos públicamente una relación». De ahí que todo se precipitara».
Si es cierto lo que devela la periodista, Enrique se prestaba a un doble juego amoroso. Y el presunto engaño y el abandono dejaron a Paloma hundida. Hoy intenta rehacer su vida sin que los fantasmas del pasado bloqueen su mente. Ni es una mojigata ni le falta cultura, al contrario, licenciada en Empresariales por una prestigiosa universidad estadounidense radicada en Boston, empresaria de éxito en el mundo de las prendas infantiles, diseñadora de joyas, imagen de marcas comerciales... su futuro profesional no está vacío de proyectos. Se rumorea que su intima amiga, Cristina Yanes, miembro de una de las familias de joyeros más importantes de España, le ha pedido nuevos diseños. La primera colección que hizo Cuevas para esta firma tuvo tanto éxito que hasta la Reina Letizia compró varias piezas, como unos pendientes en oro blanco y amarillo, con aros concéntricos con diamantes y mariposas posadas y otros inspirados en la flor de Lys. Entonces, los beneficios se destinaron a iniciativas solidarias de la Fundación Aladina o la reforma del Hospital Infantil Niño Jesús.
En cuanto sus dos hijas, de nueve y doce años, regresen al colegio en septiembre, la socialité decidirá los pasos a dar en su futuro más inmediato. No olvidemos que es dueña de la tienda de moda infantil «Piccolo mondo», situada en un de las mejores calles del exclusivo barrio de Salamanca madrileño, y que algunas marcas estarían encantadas de contratarla como imagen.
Negocios familiares
Además, su padre, el empresario y ex torero, Victoriano Valencia confía plenamente en su hija para que se ponga al frente de sus negocios. Tampoco tendrá problemas para llegar a un acuerdo económico en su divorcio con Ponce. El torero ha dicho a los suyos que será generoso con la pensión económica para su ex mujer y sus hijas.
Lo que no parece dispuesta Paloma Cuevas es a concederle a Enrique facilidades para conseguir la anulación matrimonial por la Iglesia. No me canso de repetir que sus creencias le conducen al «lo que ha unido Dios que no lo separe el hombre». Lo cual podría ser un problema, ya que Ana Soria también es muy creyente y en sus planes de futuro sueña con una boda religiosa con el diestro. Algo que tampoco descarta Ponce.
Cuevas es más urbanita que campestre. Más de acudir a actos sociales que de encerrarse en una finca. Cualquier fiesta sube enteros con la presencia de la considerada entre las cuatro mujeres más elegantes de España, tal y como se refleja en una reciente encuesta. Valentino, Óscar de la Renta, Eduardo Ladrón de Guevara, Carolina Herrera... son sus firmas favoritas, y en su vestuario no faltan algunos de sus diseños.
A su llegada a Madrid la esperan para apoyarlas sin límite el grupo de incondicionales amigas, la mencionada Cristina Yanes, Genoveva Casanova, Fiona Ferrer, Paloma Segrelles, Lydia Bosch, Patricia Cerezo, María Zurita, Carolina Adriana Herrera, Mónica Valderrama, Anetta Mijatovic, Margarita Vargas y Gema Ruiz, entre otras.