La Razón (Cataluña)

Algo huele a chamusquin­a en el espacio

- José Aguado Ulises Fuente Esther S. Sieteigles­ias Javier Ors

EnEn el lanzamient­o de una misión espacial hay que cuidar hasta el menor detalle. Cuantas menos cosas sorprendan a los astronauta­s, mejor saldrá todo. Quién sabe qué aleteo de mariposa podría desembocar en un desastre por falta de previsión o fallo tonto de ejecución. Supongamos que en el momento de la maniobra más arriesgada el cosmonauta se quedase perplejo con la visión del Sol, de la Tierra o de la luz reflejándo­se en las partículas que flotan en la inmensidad. O que el olor del espacio exterior suponga un efecto sorpresa que provoque una pifia fatal. Para evitar el shock en la pituitaria, la NASA encargó un perfume que imite, como dice el anuncio, a qué huele el espacio.

En mi infinita ignorancia yo pensaba que allí arriba no hay olores. Por aquello de que es el vacío, la inmensidad silenciosa y el frío. Me imaginaba que era un entorno en el que, por ejemplo, se puede propagar la Quinta sinfonía de Beethoven, pero el heavy metal simplement­e no se concibe. Olvídenlo, cosas mías. El caso es que en el espacio exterior sí que se puede oler. Y, por cierto, ignoramos si será cosa de nuestra estratosfe­ra particular­mente hedionda pero parece ser que no es un aroma muy agradable. Scott Kelly, que se convirtió en 2015 en el astronauta que más días pasó en el espacio, con algo más de 350 y que orbitó en torno a la Tierra 5.400 veces, describía el tufillo como similar al metal ardiendo y lo hacía con una mueca de notable desagrado. Por eso, la NASA empezó un programa en 2008 para recrear el ambiente que se respira allí arriba y comenzaron a trabajar en Eau de Space, que acaba de ser finalmente presentada.

La fragancia fue desarrolla­da por Steve Pearce, químico y de

Omega Ingredient­s, una compañía enfocada en la creación de sabores para la industria de alimentos y bebidas. «Creo que tiene un olor casi amargo además de ser ahumado y quemado. Es como el olor de una pistola justo después de disparar», dijo a la CNN Peggy Whitson, astronauta y ex residente de la Estación Espacial Internacio­nal. Como decían los Beatles, «Happiness is a warm gun», aunque dado su antibelici­smo segurament­e hablaban de otra cosa, pero volvamos a los astronauta­s, que coinciden en que el espacio huele a una mezcla entre azufre y combustión. De ahí que algunos deban aclimatars­e previament­e. Estoy pensando que no debe ser agradable tener arcadas dentro del traje espacial ni como prolegómen­o a ninguna misión, ya sea en la tierra o en el cielo. El gerente de producto de Eau de Space, Matt Richmond dijo que ha tenido problemas para describir la fragancia: «Los astronauta­s describen el olor como una mezcla de pólvora, filete chamuscado, frambuesas y ron». Por cierto Richmond reveló que ya trabajan en «Smell of The Moon», basándose en los comentario­s de los doce seres humanos que han pisado la Luna, que coincidier­on en la pólvora como la fragancia predominan­te. Dudamos de que sea un éxito de ventas, pero todo es posible en 2020.

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La NASA, en 2008, comenzó a trabajar en Eau de Space
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