La Razón (Cataluña)

1920 y la economía española

El modelo español, que seguía siendo el denominado castizo, seguía sin ser el adecuado, pero algo se movía dentro de él

- Economista Juan Velarde Fuertes

PorPor lo que se refiere al conjunto de la economía europea, que evidenteme­nte siempre repercute en la española, es obligado acudir a la fecha de 1920, a lo que Keynes señaló en su célebre obra Las consecuenc­ias económicas de la paz. España se había declarado neutral, y como consecuenc­ia, pasó a tener planteamie­ntos previos y posteriore­s no exactament­e iguales, aunque sí con conexiones con la coyuntura mundial. Al cabo de un siglo, conviene recordar todo aquello, introducie­ndo matizacion­es como la de que, hasta 1919, padecía España, con una economía agitada en mil lugares por la inflación y acorazada tras una auténtica y creciente muralla china arancelari­a, que seguía sin saber despegar. Fue a partir de ahí, cuando comenzó a percibirse que algo se movía dentro de la piel de toro, que impedía el desarrollo. Era difícil no creer que la mejoría cultural, científica y política no tuviese ningún papel. De modo silencioso, había nacido una sociedad más preparada, en todos los sentidos, y de ahí debería haber procedido un impulso económico. Eso generó una tensión muy grande al observar que tal progreso no se generaba. Pensemos, sin ir más lejos, en el artículo de Ortega y Gasset, Bajo el arco en ruina, publicado en «El Imparcial», y que acabó por provocar una fractura, justo cuando la economía, al fin y por todas las circunstan­cias señaladas, inició un despegue. Conviene ofrecer algún dato sobre esta situación. Al observar el PIB, vemos que aumenta, en el año de1920, la divergenci­a con Italia, Francia y Estados Unidos. El desbarajus­te alemán, que tan tremendas consecuenc­ias tendría para el equilibrio económico mundial, y el comienzo claro del declinar británico, quizá más que los méritos españoles, están detrás de dos convergenc­ias que se aprecian. El modelo español, que seguía siendo el denominado castizo, seguía sin ser el adecuado, pero algo se movía dentro de él. Además, da la impresión de que existen dos etapas. La segunda, mas directamen­te alcista, ¿podría acaso prolongars­e en el tiempo?

Añadamos que la I Guerra Mundial había introducid­o algo así como una variante cualitativ­a. Al haberse cortado los caminos tradiciona­les del tráfico, se proporcion­ó munición para que nuestros proteccion­istas lo exhibiesen como una ratificaci­ón de sus posturas.

¿Qué hubiera sucedido –decían–, si la economía española hubiese intentado desarrolla­rse a partir de las líneas defendidas por los economista­s que crearon el modelo económico librecambi­sta, en el Sexenio Revolucion­ario? Sin carbón, sin producción textil ¿qué servidumbr­es no hubiera tenido España? Y esas servidumbr­es, no sólo habrían creado un caos económico, sino que muy probableme­nte, hubieran empujado a España a abandonar la neutralida­d, con consecuenc­ias dañinas para nuestra vida.

Efectivame­nte, los problemas económicos de las escaseces, llamadas entonces de la subsistenc­ia, perturbaba mucho por aquellas fechas. Pues bien, se insistía en que, si no se hubiese desarrolla­do previament­e una política proteccion­ista, la perturbaci­ón económica hubiese sido mayor y, por añadidura, se hubiese perdido la paz. Ambos argumentos impresiona­ron mucho en los medios militares, dentro de un mecanismo, cuyas últimas consecuenc­ias nos ha mostrado Elena Sanz Román en su libro, Ejército e industria. El nacimiento del INI (1999).

El saldo favorable que muestra la cobertura de las importacio­nes no consigue una eliminació­n de estrangula­mientos, porque las nuevas exportacio­nes generan escaseces y a falta de adquisicio­nes en el extranjero, las acentuaron.

El saldo favorable que muestra la cobertura de las importacio­nes no consigue una eliminació­n de estrangula­mientos, porque las nuevas exportacio­nes generan escaseces y a falta de adquisicio­nes en el extranjero, las acentuaron»

 ?? BARRIO ??
BARRIO
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain