La Razón (Cataluña)

Descubre los motivos por los que no te puedes perder «Stieg Larsson, el hombre que jugó con fuego»

ES UN AMBICIOSO TRABAJO DE INVESTIGAC­IÓN Y RECONSTRUC­CIÓN DEL QUE LARSSON ESTARÍA ORGULLOSO

- Víctor Esquirol - Madrid

PocoPoco después de morir, Stieg Larsson revolucion­ó el panorama literario mundial. Tras su publicació­n póstuma, la saga «Millennium» –compuesta por «Los hombres que no amaban a las mujeres», «La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina» y «La reina en el palacio de las corrientes de aire»– se convirtió en un abrir y cerrar de ojos en un bestseller y, con el tiempo, en referente ineludible del thriller nórdico moderno. En esta serie documental el director Henrik Georgsson nos analiza dicha obra en toda su dimensión y nos acerca al apasionant­e recorrido vital y profesiona­l de la persona que la concibió.

1 Adictivo rompecabez­as

Igual que el trabajo del propio Larsson –tanto la célebre trilogía como sus artículos periodísti­cos–, «El hombre que jugó con fuego» se construye a la manera de un adictivo rompecabez­as, y sus piezas son tanto fotos y vídeos de archivo como fragmentos de entrevista­s a personas cercanas al escritor sueco y clips que reproducen y dramatizan con actores profesiona­les algunos de los momentos clave de su vida. Es, pues, un ambicioso trabajo de investigac­ión y reconstruc­ción, y una incansable búsqueda de la verdad de la que, a buen seguro, su objeto de estudio se sentiría orgulloso.

2 Artista y obra, inseparabl­es

Cuando hablamos de Stieg Larsson, resulta del todo imposible separar al autor de su obra. Y, a lo largo de sus horas de metraje, la serie se dedica a establecer un diálogo entre las conocidas aventuras de Mikael Blomkvist y Lisbeth Salander –personajes principale­s de «Millennium»– con la vida de su creador hasta el punto de invitarnos a poner a ambos personajes la etiqueta de «alter ego». Después de todo, las turbias intrigas protagoniz­adas por ellos fueron directamen­te inspiradas por una vida dedicada a combatir la cara más oscura de la sociedad sueca; la misoginia, el racismo y los tics totalitari­os de los que nos habló «Millennium» son asuntos que Larsson pasó años investigan­do como periodista.

3 Historia

también los que atormentan a toda la Unión Europea, y al mundo entero. «El hombre que jugó con fuego» deja clara la importanci­a cultural de Larsson al retratarlo como una de las primeras personalid­ades que nos advirtiero­n de la llegada de la nueva ola de ultraderec­ha y populismo nacionalis­ta que en los últimos tiempos ha puesto patas arriba los parlamento­s del viejo continente. Por eso tiene sentido que, asimismo, la serie analice de forma incisiva y didáctica de dónde procede el auge de esas fuerzas y el peligro que supone para los fundamento­s sobre los que se sustentan las sociedades democrátic­as y plurales modernas.

4 Olof Palme, caso abierto

Inevitable­mente, buena parte del relato ahonda en la que fue una de las grandes

Pero los fantasmas que sobrevuela­n Suecia son LA SERIE INSTA A ESTAR ATENTOS A LA SALUD DEMOCRÁTIC­A DE NUESTRO ENTORNO

obsesiones de Larsson: el asesinato del primer ministro sueco Olof Palme en febrero de 1986, mientras paseaba con su esposa, que convulsion­ó tanto a la sociedad de su país como al movimiento socialista internacio­nal –en su seno, siempre se ha afirmado que el atentado estuvo motivado por razones políticas–; más de tres décadas después el caso sigue nadando en un mar de dudas e interrogan­tes, y mientras se sumerge en él «El hombre que jugó con fuego» funciona a la manera de un imponente thriller de espionaje, cuya eficacia se ve respaldada por la profunda sensación de terror que genera comprobar una vez más el empeño de la realidad en superar a la ficción.

5 Un último aviso

No está de más recordar que el asombroso éxito de «Millennium» llegó después de la repentina muerte de Larsson. Pero, decimos, el impacto comercial y cultural que sus libros tuvieron después de su muerte no es lo único que lo convierte en un autor adelantado a su tiempo; también su apasionada defensa de unos principios políticos que, quién lo habría imaginado, ahora se ven en peligro. Por eso, «El hombre que jugó con fuego» nos insta a estar atentos a la salud democrátic­a de nuestro entorno y a no darla nunca por hecha, porque sus enemigos siempre querrán hacerla arder.

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La serie analiza la obra de Stieg Larsson en toda su dimensión

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