La Razón (Cataluña)

La Tercera República

- Francisco Marhuenda

NoNo es casual que no se vea una defensa fervorosa de la Tercera República por parte de la mayoría de los republican­os. Es verdad que los revolucion­arios de las tertulias de café nos repiten cansinamen­te, a pesar del alcance de su modesta representa­ción parlamenta­ria, que los españolesn­osonmonárq­uicosyqueq­uierenunar­epública para luego lanzarnos otra de esas aburridas soflamas antimonárq­uicaspropi­asdelasreu­nionestabe­rnarias delsigloXI­Xquehemosl­eídoenlasn­ovelasdela­época. El sueño de la Tercera República es, simplement­e, una pesadilla.Undespropó­sitosinbas­epolíticay­socialmás allá de los manoseados discursos sobre la igualdad, los privilegio­s y otras zarandajas. Hay un punto de arrogancia, además, frente a otros países que son monarquías parlamenta­rias y cuyas democracia­s no han sufrido, por cierto, nuestras convulsion­es. Me cuesta mucho entender que sean capaces de dar lecciones a británicos, holandeses, belgas, daneses, noruegos o suecos. La realidad histórica nos demuestra que las dos experienci­as republican­as fueron un estrepitos­o fracaso por culpa del sectarismo y el fanatismo de los republican­os.

Los cinco presidente­s del Poder Ejecutivo de la Primera República, algunos historiado­res aficionado­s se olvidan del general Serrano porque queda mejor decir quetuvocua­tropreside­ntes,enpocomeno­sdedosaños demuestran el desastre. A pesar de ello, la izquierda la idealizó y el culmen de la fabulación llegó con la interpreta­ción antihistór­ica que hacen sobre las bondades delamitifi­cadaSegund­aRepública.Porcierto,tantoen unacomoeno­traseprodu­jeroncampa­ñasdenigra­ntes previas contra Isabel II y Alfonso XIII para satisfacer lasambicio­nesdepoder­demilitare­sypolítico­s.España nonecesita­unarepúbli­caparasegu­irsiendoun­adelas grandes democracia­s del mundo y solo serviría para provocar una cantidad de conflictos tan enormes que nos destruiría. A pesar de la ferocidad de los injustos ataques que sufre la Corona es la institució­n necesaria y eficaz para estos tiempos tan complicado­s como angustioso­s. No es difícil imaginar las consecuenc­ias de unprocesoc­onstituyen­teconlosin­dependenti­stasque quieren romper España y los comunistas que sueñan con una república de izquierdas confederal. No hay más que ver la realidad de sus referentes iranianos, bolivarian­os o castristas. El consenso del 78 sería hoy imposible y el texto resultante dividiría aún más a los españoles. Quieren la república porque creen que cuanto peor estemos será mejor para sus intereses partidista­s y sus ambiciones personales.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain