El día que murió la libertad de prensa en Hong Kong
Primera víctima de la ley de seguridad nacional china Arrestado el dueño del mayor periódico pro-democrático
China continental–, informó que entre los arrestados se encontraban los hijos del magnate.
Las autoridades dijeron que «los delitos incluyen colusión con un país extranjero/elementos externos para poner en peligro la seguridad nacional, Artículo 29 de la NSL. La investigación está en marcha». El artículo 29 se refiere a presuntos delitos, incluyendo recibir cualquier tipo de apoyo –directo o indirecto– de personas en el extranjero, y conlleva una sentencia máxima de cadena perpetua. «Apple Daily» informó que 10 policías llegaron a la casa del empresario de 72 años alrededor de las 7 de la mañana hora local, y más tarde comenzaron a retransmitir en vivo una redada en su sede en la que decenas de policías podían ser vistos revisando montones de papeles e incluso en los escritorios de los reporteros.
«Esperamos terminar nuestra búsqueda lo antes posible para no afectar el funcionamiento de la organización de los medios de comunicación», dijo un portavoz de la policía. Los periodistas de la emisora pública RTHK y varios otros medios informaron que la policía los había excluido de la sesión informativa del portavoz, diciendo que sus organizaciones habían obstruido previamente el trabajo de la Policía.
El asalto al periódico, el mayor diario prodemocrático de Hong Kong, y el arresto de Jimmy Lai y de altos ejecutivos, fueron condenados por activistas, instituciones y periodistas, que señalaron que estos hechos marcarían «el día en que la libertad de prensa murió oficialmente».
De hecho, el Consejo de Asuntos Continentales (MAC), la principal agencia gubernamental de Taiwán a cargo de la política de China, condenó la decisión y manifestó que los arrestos apuntaban a que el propósito de la enmienda era «silenciar la disidencia en Hong Kong y expandir el dominio de China sobre el territorio» y que «si las autoridades continúan abusando de su poder y pisoteando la libertad y la democracia, se alienarán aún más los corazones y las mentes de los hongkoneses».
El prominente activista Joshua Wong, también en el punto de mira, condenó los hechos y describió la redada policial como el «fin de la libertad de prensa» y el «día más oscuro» para los periodistas. El último gobernador de Hong Kong, Lord Pattern de Barnes, se sumó a las críticas: «Este es el asalto más indignante hasta ahora a lo que queda de la prensa libre de Hong Kong».
La preocupación de que la ley de seguridad socave las libertades civiles en Hong Kong y anule el estatuto de autonomía de la ciudad llevó a Estados Unidos la semana pasada a imponer sanciones a Carrie Lam, la jefa ejecutiva de la ciudad.