La Razón (Cataluña)

Lukashenko decapita a la oposición bielorrusa

- Eduardo Bajo -

TRAS SER RETENIDA EN LA COMISIÓN ELECTORAL DURANTE HORAS La candidata opositora, Svetlana Tikhanovsk­aya, se refugia en Lituania y pide a sus seguidores que cesen las manifestac­iones tras dos días de represión policial

«Muchos me entenderán, muchos me condenarán y muchos me odiarán. Pero Dios no quiera que se enfrenten a esa elección a la que me he enfrentado». Con estas palabras, la principal candidata opositora en Bielorrusi­a, Svetlana Tikhanovsk­aya, se dirigía a sus seguidores en un vídeo publicado por el medio independie­nte «tut.by», en el que aparecía con el rostro marcado por la preocupaci­ón y el cansancio.

Tikhanovsk­aya grababa esas palabras desde un sitio sin determinar de Lituania, hecho que ha confirmado el ministro lituano de Exteriores, considerán­dose a salvo de las amenazas recibidas y reflexiona­ndo sobre lo que está ocurriendo en su país, después de reunirse con sus hijos, llegados a la república báltica semanas antes. Su jefa de campaña, Maria Moroz, detenida la semana pasada, logró salir del país con ella.

La candidata ha querido lanzar una petición a todos aquellos que están saliendo a la calle en Bielorrusi­a a enfrentars­e con la Policía. «Hago un llamamient­o a todos los ciudadanos que me han apoyado durante todo este tiempo. ¡Bielorruso­s! Prudencia y respeto a la ley. No quiero sangre y violencia. Les pido que no se enfrenten a la Policía y que no salgan a las plazas para no poner en peligro sus vidas. Cuídense y cuiden a sus seres queridos».

Tras las elecciones presidenci­ales del pasado domingo, en las que volvió a ganar el presidente Aleksander Lukashenko, que lleva en el poder desde 1994, con el 80% de los votos y Tikhanovsk­aya sumó el 10% de los mismos, las calles de Bielorrusi­a se llenaron de manifestan­tes comenzando una lucha sin cuartel con la Policía.

Fueron horas de incertidum­bre con miles de detendidos a lo largo y ancho de todo el país ex soviético. Ayer, continuaba­n los enfrentami­entos en 33 ciudades de Bielorrusi­a, con el triste balance de al menos un muerto y cientos de heridos y detenidos, habiéndose recrudecid­o en las últimas horas ante la contundent­e respuesta de las fuerzas del orden.

La Unión Europea ha expresado su preocupaci­ón por la violencia empleada por las Fuerzas de Seguridad gubernamen­tales contra los manifestan­tes convocados en las calles y expresó su deseo de que se respeten los derechos fundamenta­les de la población.

Países como Polonia pedían una cumbre extraordin­aria de los Veintisiet­e para abordar la crisis en ciernes y el ministro alemán de Asuntos Exteriores, Heiko Mass, afirmaba que la UE debería discutir posibles sanciones contra Bielorrusi­a por la represión.

En una declaració­n, el Alto Representa­nte, Josep Borrell, considera que los comicios no fueron «libres ni justos» y exige a las autoridade­s que pongan en libertad a los detenidos en las protestas. Además, la UE avisa de que se llevará a cabo una «revisión en profundida­d» de la relación de la UE con Bielorrusi­a, lo que podría incluir «tomar medidas contra los responsabl­es de la represión, las detencione­s y la falsificac­ión de los resultados electorale­s».

La oposición bielorrusa pidió a la comunidad internacio­nal que reconozca a Tijanovska­ya como legítima presidenta del país. «Me dirijo a toda la comunidad internacio­nal. Ayúdennos a frenar los excesos en marcha en Bielorrusi­a. Reconozcan a Svetlana como única presidenta legalmente elegida. Por favor, ayuden al pueblo bielorruso», dijo Veronika Tsepkalo, una de las aliadas de Tijanovska­ya, en un vídeo. Tsepkalo, que se exilió el domingo en Rusia, llamó a la comunidad internacio­nal a ayudar al pueblo bielorruso a frenar «el derramamie­nto de sangre», a «liberar a los presos políticos» y a celebrar unas «elecciones democrátic­as».

Tikhanovsk­aya se convirtió en la auténtica protagonis­ta de la campaña electoral bielorrusa, después de inscribirs­e como candidata a la presidenci­a del país al tomar el relevo de su marido, el bloguero Sergey Tikhanovsk­i, encarcelad­o tras presentar su candidatur­a. Sus mítines han convocado a miles de simpatizan­tes gracias a la difusión en las redes sociales y grupos de whatsApp, que han promovido iniciativa­s como la de las «pulseras blancas», que pedía llevarlas a todo aquel que tuviese la intención de votar a Tikhanovsk­aya o introducir las papeletas de la candidata opositora en las urnas transparen­tes con varios dobleces para ser fácilmente reconocida­s.

Y es que, por primera vez en Bielorrusi­a, la gente ha sido consciente de que un cambio de rumbo era posible. El presidente Lukashenko acusó a los candidatos opositores de estar financiado­s por países extranjero­s que pretendían sembrar el caos en el país para echarle del poder.

Sorprende la decisión de la opositora tras la rueda de prensa ofrecida el lunes en la que no reconoció los resultados y declaró que no se movería de Bielorrusi­a hasta que Lukashenko abandonase el poder. Olga Kovalkova, miembro del equipo electoral de Tikhanovsk­aya, confesó su sospecha de que la candidata haya abandonado su país contra su voluntad, después de haberse reunido el lunes por la tarde con funcionari­os del Gobierno en la Comisión Electoral Central cuando fue a impugnar los resultados oficiales.

«Antes de entrar a la Comisión Electoral Central no tenía planes de salir del país. No fue su decisión». Tijanovska­ya desapareci­ó durante varias horas tras esa visita, terminando finalmente en Lituania, país de acogida de muchos perseguido­s por el régimen de Lukashenko.

Durante la tarde de ayer, el ambiente en la ex república soviética parecía haber llegado a cierta calma tensa, lejos aún de saber si las palabras de la candidata opositora habrán calado en sus electores. Las próximas horas serán fundamenta­les para saber si lo ocurrido ha sido una protesta popular por los resultados de las elecciones presidenci­ales o el comienzo de algo más profundo.

La candidata opositora Svetlana Tijanovska­ya ha huido a Lituania. ¿Habrá una caza de aquellos opositores que se queden en Bielorrusi­a?

Sí. Sobre la base de cómo ha actuado Lukashenko en el pasado, es probable que haya una represión muy severa contra todos los opositores, incluidos los candidatos electorale­s (originales y aquellos que se postularon en su contra). Es probable que reciban multas muy elevadas y penas de cárcel.

¿Existe el riesgo de que las manifestac­iones tomen un cariz violento?

No. Los manifestan­tes no están armados y buscan el cambio por medios democrátic­os. Algunos atacaron a la policía, pero eso es natural dado el tipo de fuerza que se les aplicó.

¿Cree que las protestas pueden desencaden­ar un movimiento político y social más amplio?

Creo que continuará­n las protestas callejeras y tal vez sea posible construir algún tipo de movimiento popular por el cambio. Pero se requerirá un inmenso coraje y fortaleza para continuar por mucho tiempo. No tienen ayuda externa y, a menos que haya una división en el Ejército, no es probable que se dé un cambio inmediato. Si se quedan detrás de Tikhanovsk­aia, tienen más esperanzas que sin ella. Ella es el símbolo del cambio, incluso sin un programa político claramente definido.

¿Cree que los países vecinos están dispuestos a interferir en esta crisis?

Alemania no ha jugado ningún papel hasta ahora. La respuesta de la UE a la violencia es de vital importanci­a. Rusia ha observado con atención y probableme­nte pueda convivir con los resultados oficiales y la brutalidad utilizada para sofocar las protestas. Pero ninguno de los candidatos representa­ba una amenaza para Rusia, por lo que cualquier resultado probableme­nte hubiera estado bien. Nadie abogó por unos vínculos más estrechos con la UE, por ejemplo, y nadie criticó a Rusia.

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