La Razón (Cataluña)

El Sevilla es un grande

- JOSÉ MANUEL MARTÍN -

El equipo español dominó a partir del cuarto de hora, cuando los ingleses fallaron un penalti. Ahora, el Manchester United

Se siente o lo es, porque los partidos los gana por una razón fácil de contar y difícil de hacer: es mejor que los rivales. Punto.

Y eso que ante el conjunto de Nuno comenzó con dudas. El tren con destino a la portería del Sevilla partió a los once minutos de comenzar el partido. La locomotora tiene nombre, Adama Traoré, y para tortura del conjunto español no admite pasajeros. Es un futbolista que parece un jugador de rugby o un culturista con el balón avanzando juntos a todo trapo. Trató de «subirse» Fernando, pero nada. Demasiado rápido. Se rindió también En-Nesyri y lo intentó por último Diego Carlos, que se lanzó al suelo e hizo penalti. Estaba avisado del peligro el conjunto de Lopetegui pero ¡cómo parar eso cuando aparecen espacios! La labor la tenía que culminar Raúl Jiménez, un experto lanzador de penas máximas al que Bounou tenía estudiado. Sabía que el delantero trataría de aguantar hasta el último momento y en cuanto el guardameta se moviera, tiraría al otro lado. Y Bounou aguantó sin pestañear casi y obligó a un tiro forzado que logró detener. Se adelantó un poco y el VAR lo podía haber revisado por esa absurda nueva norma, pero ahí se quedó.

Lo que podía haber supuesto un golpe duro para el conjunto español se convirtió en todo lo contrario. La parada lo cambió todo tras ese arranque en el que el Sevilla no mandaba y sufría. Pero entonces Banega comenzó a aparecer, lo mismo que Ocampos o las subidas de Jesús Navas por la derecha. Se apagó el Wolverhamp­ton, o lo apagó el equipo hispalense, que tuvo la más clara en ataque antes del descanso en un disparo de En-Nesyri y en otro de Ocampos que pasó cerca del poste. Lo importante era que se había ordenado y con el balón en su poder, al tren Adama le costaba encontrar espacios para liarla de nuevo. Con más intensidad y más intención, al conjunto inglés empezó a durarle la posesión un pase y medio.

No es un equipo fácil el Wolves. Con tres centrales que se convierten en cinco defensas cuando se tienen que replegar, entrar por ahí es una tarea complicada. Tras el extraño comienzo, el partido entró en la dinámica que se esperaba: la lucha entre los pases, la elaboració­n y el juego por las bandas de los españoles contra el vértigo de los ingleses. Pero los chicos de Lopetegui lograban que el campo se hiciera muy pequeño. Con riesgo, porque el equipo español estaba muy tirado arriba para cortar el balón cuanto antes y que sólo se jugara en una dirección, pero el plan le salía. Otra cosa era encontrar el camino del gol: En-Nesyri en una acción de pelea, Koundé en un cabezazo tras un centro de Suso... Faltaba descubrir la manera y no perder la concentrac­ión porque un desajuste en la presión podía ser letal. Pero Fernando, Diego Carlos y Koundé estuvieron impecables en esa labor.

Para el ataque Lopetegui movió el equipo al final, pero el premio fue uno de los futbolista­s más determinan­tes este curso. Banega puso el pie y Ocampos la cabeza. Ya estaba. Gol y a semifinale­s en busca de un transatlát­ico como es el United. ¿Pero quién es el grande en la Liga Europa?

4) Man. City O. Lyon (21:00)

Semifinale­s

Ganador cuarto 1-Ganador cuarto 2 (21:00) Ganador cuarto 3-Ganador cuarto 4 (21:00)

Final

goles ha marcado Neymar en lo que va de temporada en todas las competicio­nes

El París Saint Germain está a noventa minutos de la segunda semifinal de su historia en la Liga de Campeones. La única vez que los parisinos estuvieron entre los cuatro mejores fue en la temporada 94-95 y en aquel equipo los goles los marcaba George Weah. Hoy, todos los focos van a apuntar hacia Neymar en el partido de cuartos ante el Atalanta que abre la final a ocho de Lisboa. El brasileño dejó el Barcelona para ser líder en París y esta noche va a tener que serlo de verdad. Verrati es baja por lesión, Di María está sancionado y Mbappé llega tan justo que quizá sólo pueda disputar unos minutos en la segunda parte. Así que la responsabi­lidad va a estar en los hombros de Ney, que este año llega a la fase decisiva de la Champions sin molestias ni otras distraccio­nes.

El partido de cuartos ante el Atalanta es un choque desequilib­rado desde el presupuest­o. Neymar solo gana más dinero que toda la plantilla de los de Bérgamo junta. La estrella del PSG ronda los treinta millones anuales de salario y en su rival de hoy únicamente los delanteros se acercan a los dos millones. El Papu Gómez, Duván Zapata y Luis Muriel. Lo de los delanteros es una forma de hablar cuando uno se refiere al grupo de Gian Piero Gasperini, porque en la idea de fútbol alegre y ofensivo del veterano técnico casi todos se lanzan al ataque.

Así han pulverizad­o el récord de goles en el Calcio (98), han alcanzado la tercera posición tras Juventus e Inter y se han metiGasper­ini.

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