Casado lanza su plan: tener una «influencia clave» tras las elecciones
Pide «pasar página» de la política de bloques y reivindica ser «parte de la solución»
Nueva visita del líder del PP a Cataluña coincidiendo con el aplazamiento de la fecha electoral del 14-F, ahora en manos de la Justicia tras los recursos presentados ante el TSJC. Pablo Casado protagonizó ayer a mediodía una conferencia en el Círculo de Economía en Barcelona bajo el título «Retos económicos de España y Cataluña en la pospandemia» en la que reafirmó su hoja de ruta de cara a los comicios autonómicos: el PP busca tener una «influencia clave» tras el paso por las urnas –«no es lo mismo que la futura Generalitat dependa de nosotros o de la CUP», señaló– y dio un paso al frente para ser «parte de la solución» después de una década de «procés».
A nivel político, el coloquio sirvió para que Casado dejara clara su estrategia ante las elecciones, pidió «salir del bucle»,«pasar página de la política de bloques» y «superar las fracturas políticas, sociales y generacionales» que ha comportado el «procés» y se erigió en «parte de la solución». Y en este sentido, aseguró que el plan pasa por rehuir el «revanchismo» tras lo ocurrido en los últimos años y ofrecer «estabilidad política, progreso económico y convivencia convivencia social», los tres ejes sobre los que pivota su plan.
«Yo tengo un compromiso personal con Cataluña porque soy muy consciente de que no se puede ser presidente del Gobierno de España sin conocer a fondo Cataluña, por su importancia y por su potencial de futuro», se reafirmó Casado confirmando que, pese al aplazamiento de las elecciones al 30 de mayo, él seguirá con sus visitas junto a Alejandro Fernández para ensanchar la base del constitucionalismo en torno al PP de cara a las urnas.
En un discurso con un marcado tono institucional, Casado se remontó al pasado para hacer parte del diagnóstico presente –«De los silencios y de las complicidades con quienes lideraron el Pacto del Tinell vienen no pocos de los problemas de hoy en día», dijo en referencia al primer tripartito de la Generalitat–, admitió que en Cataluña «hay un problema que algunos han creado» y añadió que el PP «quiere ser parte indispensable de la solución». Un claro mensaje conciliador a favor de la convivencia: «En mi caso, que creo en la política de luces largas, es un compromiso con Cataluña que va mucho más allá de una cita electoral», reiteró.
El líder de los populares también remarcó en varias ocasiones que su formación «no es un partido de extremos, sino europeísta, autonomista, centrado». Sobre esto último, el dirigente popular apeló «al centrismo no para ir a por los votos del centro, sino para que los votos estén en el centro. En España los votos se han polarizado demasiado, se han ido del centro».
En el terreno económico y social, Casado reclamó debatir sobre asuntos que interesan y preocupan a los catalanes y dejar de lado el «procés», además de reivindicar rebajas en los impuestos propios y los tributos de Patrimonio o Sucesiones, dos de las propuestas de los populares para las elecciones. Sobre la fecha de los comicios, afeó al Govern que no consensuara la decisión ni facilitara todos los datos sanitarios.