La Razón (Cataluña)

Carrera en el sector público para acaparar los fondos de rescate

Los departamen­tos ministeria­les revisan contra reloj proyectos, algunos ya en curso, para «colarlos» como nuevos

- H. Montero

Carrera contra reloj en los distintos departamen­tos dependient­es de la Administra­ción Central para captar el maná que comenzará a llegar este verano desde Bruselas. El Gobierno apremia al sector público para que presente el mayor número de proyectos posibles para tener acceso al máximo de fondos europeos disponible­s y los distintos ministerio­s y empresas públicas se han puesto en marcha.

Con tal ímpetu que en algunos departamen­tos se están llegando a revisar proyectos ya aprobados e incluso iniciados para «colarlos» en los pliegos de proyectos con opciones de recibir ayudas a fondo perdido, según ha podido saber LA RAZÓN. Ningún ministerio se quiere quedar al margen y se han llegado a echar para atrás planes de digitaliza­ción que ya contaban con financiaci­ón de la UE, algo que hace inviable su presentaci­ón.

El consumo público constituye un componente muy importante dentro del PIB, más aún con la actual crisis y con la caída de sectores enteros con un peso determinan­te, como el turismo y el comercio. El peso mínimo de este consumo público –que excluye el gasto en prestacion­es, pensiones, amortizaci­ones de deuda pública, gasto en subvencion­es y transferen­cias corrientes o de capital, entre otras partidas– nunca ha sido inferior al 16,6% del PIB, el mínimo registrado 2001 en las series del INE. Por regla general, ronda el 20,5% del PIB aunque su peso se incrementa en periodos de depresión, como ocurrió en la anterior crisis económica por la mayor participac­ión de las administra­ciones públicas en el escenario macroeconó­mico.

Entre 2008 y 2010 el peso del consumo público se disparó por la sobrefinan­ciación de las administra­ciones territoria­les y porque el 15% y el 8% de la inversión pública de 2009 y 2010 se financiaro­n a través de la creación de fondos estatales que promoviero­n la inversión pública en los ayuntamien­tos a través del llamado Plan

E, que movilizó 13.000 millones de euros. Sin embargo, la actual crisis, con un gasto sanitario y de medicament­os disparado y la doble respuesta recaudator­ia y de gasto aprobada por el Gobierno de Pedro Sánchez en sus presupuest­os de 2021 han elevado el peso del consumo público como nunca en la historia reciente de España. Tanto como para que el peso de todo el conjunto del sector público –incluido el gasto en prestacion­es– supere incluso el del sector privado.

En los últimos 20 años, hasta la llegada de Sánchez e Iglesias al Gobierno, el total del sector público gestionaba un gasto equivaque lente al 42% del PIB (en promedio), aportaba casi un 20% del Valor Añadido Bruto nacional y ocupa a tres millones de asalariado­s (en torno al 20% del total según la Encuesta de Población Activa, EPA). De hecho, en el peor registro de la crisis financiera, el peso del Estado fue del 48% del PIB en 2012.

Sin embargo, ya en 2019, con los llamados viernes sociales, se disparó la factura del Estado en 8.000 millones con el aumento de los permisos de paternidad, el subsidio para mayores de 52 años, las cotizacion­es de cuidadores y la subida de las pensiones y del sueldo de los funcionari­os.

El desmedido gasto previsto para este año hará que el peso del sector público supere al del sector privado al superar el 51% sobre el PIB, en un escenario de tenue recuperaci­ón de la actividad privada como el que prevé el Gobierno. Solo la participac­ión de las administra­ciones públicas supera ya todos los récords, al situarse por encima del 21% del PIB por primera vez.

Con el comercio, la hostelería y el turismo en quiebra técnica y otros sectores motrices como el inmobiliar­io, el transporte y el automotriz con respiració­n asistida, el Gobierno considera que es el sector público el que tiene tirar del carro de la recuperaci­ón y recibir buena parte de esos 79.796 millones de euros del Mecanismo de Recuperaci­ón y Resilienci­a, es decir, ayudas directas a fondo perdido que España no tendrá que devolver, aunque sí contribuir­á al pago. Buena parte se lo llevarán las comunidade­s autónomas, a discreción de La Moncloa, pero otra la gestionará directamen­te la Administra­ción Central.

El Gobierno dio un mes de plazo a los departamen­tos ministeria­les para elaborar un pliego anual de los contratos necesarios para la puesta en marcha de sus proyectos, con hasta un 50% de

anticipos para acelerar la ejecución, para acceder a los 27.000 millones comprometi­dos en los PGE. De ahí la carrera entre los departamen­tos.

El Gobierno abre la puerta también a la colaboraci­ón público-privada con el impulso de las sociedades de economía mixtas, bajo las que el Estado contará con mayoría de capital y acomete junto al socio privado la ejecución del proyecto, y recupera las agencias estatales como organismo público. En este sentido, la vicepresid­enta económica, Nadia Calviño, aseguró ayer que se ha producido una respuesta «muy importante» del sector privado ante los fondos europeos, especialme­nte el relativo a la digitaliza­ción de pymes y reindustri­alización.

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Las ministras de Hacienda, María Jesús Montero, y Economía, Nadia Calviño
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CONNIE G. SANTOS

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