La Razón (Cataluña)

Todos los caminos conducen a Renzi

El presidente Sergio Mattarella encarga al «grillino» Roberto Fico explorar si es posible reeditar la coalición con Italia Viva. El ex primer ministro y responsabl­e de la crisis de Gobierno, sin embargo, pone como condición que Conte no sea «premier»

- POR ISMAEL MONZÓN

La crisis italiana ya tiene un nuevo plazo, el martes. Ese será el tiempo que tendrá el presidente de la Cámara de Diputados, Roberto Fico, para convencer a los actuales socios de Gobierno y formar un nuevo Ejecutivo. Fico fue elegido ayer por el presidente de la República, Sergio Mattarella, para conseguir esa misión. Es lo que en Italia se conoce como un «mandato explorativ­o», que consiste en que sea una persona sin aspiracion­es a convertirs­e en primer ministro quien actúe como mediador para encontrar una mayoría solvente.

Tras terminar la pertinente ronda de consultas con los partidos políticos, Mattarella ofreció su versión de los hechos. «Las emergencia­s del país solo pueden ser afrontadas a través de una utilizació­n rápida y eficaz de los grandes recursos acordados por la Unión Europea. Por eso, es obligatori­o dar vida a un Gobierno con una adecuada mayoría parlamenta­ria en un momento decisivo», defendió. Según el jefe de Estado, los partidos de la mayoría le han transmitid­o que hay posibilida­des de volver al acuerdo, por lo que eligió a Fico como ese explorador que debe comprobar si el compromiso es cierto.

En lo que no han coincidido todos los partidos es en el nombre del primer ministro. El líder de Italia Viva, Matteo Renzi, le dijo a Mattarella el día anterior que no estaba por la labor de apoyar a Giuseppe Conte. Al menos de momento. De ahí que el presidente de la República tuviera que elegir la fórmula del «mandato explorativ­o» y no concederle a Conte el encargo de Gobierno, que se hubiera saldado irremediab­lemente con un fracaso. La operación pasa por reconcilia­r al Movimiento 5 Estrellas (M5E), Italia Viva y el Partido Democrátic­o, quienes habían apoyado el Gobierno hasta ahora. Todos se muestran abiertos a dialogar, pero hay muchas dificultad­es.

La disputa entre Renzi y Conte ha dejado una herida abierta que aún continúa sangrando. Lo que pretende el líder de Italia Viva es que su partido siga en el Gobierno con otra persona al mando.

Por eso era importante la actitud del M5E, cuyos dirigentes –y el propio Conte– habían defendido «nunca más con Renzi». Sin embargo, ayer el Cinco Estrellas dio un paso atrás y abrió la posibilida­d de volver a sentarse a negociar con el político florentino. «No es momento de imponer vetos ni enrocarse en una posición concreta», dijo el líder interino del M5E, Vito Crimi, justo después de reunirse con Mattarella.

La decisión ya ha abierto una grieta en el movimiento, pues minutos después de las palabras de Crimi el sector más cercano a los orígenes del partido aseguró que con ellos no contaran. El líder de esta corriente es Alessandro Di Battista, un político que ha perdido mucha influencia y ni siquiera tiene el acta de diputado. Queda la duda de si es capaz de arrastrar a otros miembros del Parlamento, lo que volvería poner en riesgo la mayoría del Gobierno en las cámaras. El M5E otra vez en riesgo de colapso.

Oficialmen­te, las negociacio­nes estarán dirigidas a encontrar nuevos puntos de encuentro y a redactar un programa político renovado, si bien el elefante en la habitación es la figura del primer ministro. No está descartado que pueda ser Conte, como así defienden de momento el M5E y el PD, aunque cuanto más tiempo va perdiendo opciones. Con toda probabilid­ad, Renzi sacará a la luz algún otro nombre. De esta pugna y de quien antes ceda dependerá que la crisis italiana se cierre en un plazo breve o se extienda en el tiempo.

El encargado de llevar a cabo esta misión es Fico, representa­nte del ala más izquierdis­ta del Movimiento 5 Estrellas y una figura respetada por todos los miembros de la coalición. Su figura podría contribuir al acuerdo y aplacar los ánimos de los descontent­os del Cinco Estrellas. Si la operación fracasa, volverá a aparecer la posibilida­d de un Gobierno técnico. Y si tampoco hay manera, la última vía son las elecciones anticipada­s, como ayer defendió el bloque de derechas en la oposición.

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REUTERS El primer ministro italiano en funciones, Giuseppe Conte, saluda al presidente Sergio Mattarella en un acto oficial en Roma

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