La Razón (Cataluña)

Una comida para cerrar la negociació­n en La Moraleja

- Fernando Rayón

El Ministerio de Cultura y la baronesa Thyssen-Bornemisza cerraron ayer el acuerdo sobre el futuro de su colección apenas 48 horas antes de que expirara el plazo que José Manuel Rodríguez Uribes fijó el pasado mes de diciembre. El documento, que no es un contrato, implica un alquiler por 15 años, a 6,5 millones de euros anuales, con opción de compra por parte del Estado cuando concluya el plazo. Es decir: 97,5 millones de euros por 429 piezas, entre las cuales figura el «Mata Mua» de Gauguin, que volverá al Museo Nacional Thyssen-Bornemisza. Queda por concretar si también regresarán «Cabaespaño­la llos de carreras en un paisaje», de Degas; «El Martha Mckeen de Wellfleet», de Edward Hopper; y «El puente de Charing Cross», de Monet.

El acuerdo se cerró en una comida que tuvo lugar ayer en casa de Carmen Thyssen y a la que asistieron la baronesa; sus abogados, Ángel Acebes y José María Michavila; y, por la otra parte, el ministro de Cultura y el secretario general técnico Javier Fernández. Hasta bien entrada la noche de ayer, los abogados de Carmen Thyssen seguían trabajando el documento. El acuerdo firmado, que no es un contrato cerrado, pero tampoco «un principio de acuerdo», implica que, una vez que finalicen los 15 años, si el Gobierno de turno no estuviera interesado en la compra, se podría ofrecer a terceros.

Carmen Cervera valora su colección en más de mil millones y reconoce que ha recibido ofertas más importante­s. «De hecho –como señalan sus abogados– ha recibido ofertas por 22,5 millones anuales por el alquiler de la colección y también varias ofertas, una de 250 millones, por el “Mata

Mua”, de Gauguin. Pero la baronesa ha preferido que se quedara en España, especialme­nte en este momento, e incluso ha bajado desde los 7 millones –que habían dejado prácticame­nte cerrados con José Guirao, anterior ministro de Cultura– a los 6,5 actuales. Las circunstan­cias que vive nuestro país han pesado también en la negociació­n para rebajar la cantidad y también el sentimient­o de Carmen que se siente muy y quería que la colección permanecie­ra unida como hasta ahora».

El acuerdo contempla también el traslado al Museo Thyssen en Sant Feliu de Guixols, de la colección de pintura catalana de Carmen Thyssen con cuadros de Mir, Nonell, Urgell, Rusiñol, Casas o Meifrén entre otros. Las piezas que ahora se quedan completan la oferta museográfi­ca del Museo Nacional Thyssen Bornemisza, los 800 cuadros que España compró al barón en 1993 y que por tanto, son propiedad del Estado. Desde entonces, las relaciones entre la institució­n y los diferentes gobiernos se han sucedido. Recordemos que fue el Estado el que financió la ampliación del museo al comprar dos edificios adyacentes al palacio de Villahermo­sa y que amplió la superficie expositiva en casi un cincuenta por ciento. «Carmen está muy contenta con el acuerdo a pesar de que ha tenido otras ofertas. Siempre quiso que la colección se quedara en España y lo ha conseguido», zanjan.

«La baronesa ha preferido que la serie se quede en España por la situación del país y para que la colección permanezca unida»

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