Cuando ser mujer supone el mayor peligro
Rebeca Solnit, un nombre clave del feminismo, describe en este luminoso ensayo el camino que transitó hasta encontrar su propia voz
Rebeca Solnit capturó la ira y la frustración de millones de mujeres y rápidamente se convirtió en una importante voz feminista, hablando sobre el #MeToo, el cambio climático o el poder de la organización colectiva. En estas páginas nos ofrece fragmentos de su vida, pero... ¿tenemos idea de quién es ella tras leerlas? Rotundamente, no. Juega, no sin gran pericia, con la fórmula confesional pero solo nos deja entrar hasta donde ella quiere.
Solnit escribe sobre el arte de «aparecer y desaparecer», y de cómo logró convertirse en experta en el arte de la inexistencia cuando la existencia era peligrosa. De forma vívida, cuenta cómo desarrolló su voz: leyendo sobre la violencia contra la mujer representadas en las artes y en historias personales narradas por amigos. «Durante mi juventud pensé que era probable que me violaran y, tal vez, que también me asesinaran. He vivido en un mundo donde las mujeres fueron violadas y asesinadas por extraños. Por ser mujeres. A manos de hombres que querían hacer valer sus derechos... o simplemente pagaban la culpa de ser mujeres», se duele la autora. Sin embargo, a lo largo de «Recuerdos de mi inexistencia», se afana en contarnos su necesidad de encontrar poesía en la supervivencia. Este libro se lee más como un manifiesto que como un ejercicio de memoria. Y, la suya, es una voz que se alza con esperanza contra la violencia de género.
Lo mejor
Que Rebeca Solnit nos regala el retrato exacto y radiante de una escritora que se confiesa
Lo peor
La sensación de tocar con la yema de los dedos un dolor punzante que sigue siendo universal