Un arma contra la UE
La tensión fronteriza entre la UE y Reino Unido ha llegado a Irlanda. Europa decidió retirar a los funcionarios dispuestos en los puertos irlandeses tras haber aparecido pintadas amenazantes donde eran señalados como «objetivos». Johnson cree que es un control sobre la exportación de las vacunas tras el conflicto con AstraZeneca.
¿Afectará esta negociación a la popularidad de Boris Johnson?
Irlanda del Norte ocupa una posición extraña en la política británica. Si bien ha estado en el centro de las disputas políticas durante muchas décadas, también es un lugar apartado y que los políticos del continente suelen descuidar. La frontera en el mar de Irlanda era algo que Theresa May quería evitar, pero Johnson, a pesar de las garantías dadas al Partido Unionista Democrático
(DUP), se apresuró en aceptar una frontera marítima cuando le convenía. La opinión pública británica apenas murmuró sobre el posible impacto en Irlanda del Norte. El hecho de incumplir sus promesas no ha afectado hasta ahora a la posición de Johnson entre su base de apoyo.
¿Aumentará el euroescepticismo con estas disputas?
Es posible que, aunque el tema de Irlanda del Norte no anime a la población como antes, el Gobierno británico consiga más apoyo público al convertirlo en un arma contra la UE. La posible activación por parte de la Comisión del artículo 16 del Protocolo de Irlanda del Norte sobre las vacunas de covid-19 fue una medida que dio al Gobierno la sensación de que podía adoptar el terreno moral más alto sobre la frontera.
¿Cree que la retirada de los funcionarios de la frontera tiene que ver
Johnson aceptó en la negociación una frontera en el mar de Irlanda a la que May se opuso
con las pintadas que los identifican como «objetivos» (versión de la UE) o con la disputa sobre las vacunas (versión de Reino Unido)?
Para los unionistas norirlandeses, la frontera marítima era algo que veían como un desafío a su identidad como ciudadanos británicos y parte de Reino Unido. Al igual que los republicanos irlandeses atacaron en su día a los soldados de la frontera dura, los unionistas más duros creen que deben responder. Al parecer, había algo más que pintadas amenazantes. Se informó de que la gente retiraba las matrículas de los inspectores, por lo que no estoy seguro de que se trate simplemente de un movimiento táctico del Gobierno británico.
¿Cuáles son las verdaderas quejas de Irlanda del Norte?
Aunque no votó a favor de la permanencia en la UE al mismo nivel que Escocia, Irlanda del Norte sí quería permanecer en la UE. Incluso los unionistas moderados votaron a favor de la permanencia porque veían las complejidades de cualquier acuerdo de divorcio y la posibilidad de desencadenar un referéndum sobre la reunificación de Irlanda. Esto es algo que muchos, aunque no el Partido Unionista
Democrático, querían evitar.
¿Es necesario reevaluar el acuerdo post Brexit?
No cabe duda de que actividades que antes no eran problemáticas, como el traslado de piensos a través de la frontera, se han convertido ahora en ejercicios muy burocráticos. La prensa británica está llena de historias sobre algunos de los absurdos trámites burocráticos requeridos para acuerdos comerciales relativamente sencillos, lo que crea cierta perplejidad en cuanto a su justificación. Irlanda del Norte es, sin duda, una cuestión delicada tanto para el Gobierno de Reino Unido como para el de la República de Irlanda, y en la que la flexibilidad sería útil para calmar cualquier posible tensión futura.
Los unionistas veían la frontera marítima como un desafío a su identidad británica