Calviño desautoriza a PSOE y Podemos por la condonación de la deuda
La vicepresidenta del Gobierno asegura que se trata de un debate «improductivo»
Nadia Calviño se sumó ayer al coro de voces que consideran un sinsentido la propuesta realizada por un grupo de economistas europeos para que el Banco Central Europeo (BCE) condone a los estados de la Eurozona la deuda generada por la Covid-19, a la que se han sumado, entre otros, la presidenta del PSOE, Cristina Narbona; y el responsable económico de Podemos, Nacho Álvarez. La vicepresidenta tercera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital aseguró que «no resulta productivo abrir nuevos debates», en alusión a la propuesta, y pidió centrar la atención del momento en las políticas monetaria y fiscal.
La vicepresidenta, que siempre ha tenido etiqueta de independiente en el Partido Socialista, insistió en que, desde el inicio de la pandemia, el Gobierno ha centrado sus esfuerzos en coordinar estas políticas para ayudar a la recuperación: «Esa debe seguir siendo nuestra prioridad. Tenemos que seguir proporcionando ayuda eficaz y que tenga impacto sobre el tejido productivo del país», aseguró la vicepresidenta tercera, quien añadió que el Gobierno continúa trabajando para ampliar el marco de las ayudas directas a empresas.
Condonación de deuda
El pasado viernes, un grupo de economistas encabezados por el francés Thomas Piketty, lanzó el manifiesto «Anular la deuda pública mantenida por el BCE para que nuestro destino vuelva a estar en nuestras manos», publicado en España por «El País», en el que pedía al eurobanco que condonase la deuda de los países de la Eurozona. En el caso de España,
la institución mantiene en su balance bonos y obligaciones del Tesoro español por valor de 300.000 millones de euros, equivalentes a una cuarta parte de la deuda pública del Estado y a un 30% del PIB español.
«Nuestra propuesta es sencilla: hagamos un contrato entre los estados europeos y el BCE. Este último se compromete a condonar las deudas públicas que posee (o a transformarlas en deudas perpetuas sin intereses), mientras que los estados se comprometen a invertir las mismas cantidades en la reconstrucción ecológica y social. Estas cantidades alcanzan ya casi 2.500.000 millones de euros para toda Europa. Esta cantidad es suficiente para satisfacer las expectativas del Parlamento Europeo y, sobre todo, para salvaguardar el interés general», afirmaba el documento divulgado.
La propuesta encabezada por Piketty tuvo una respuesta tan rápida como contundente por parte del propio BCE. «La cancelación de la deuda es ilegal, según los tratados, pero quisiera señalar que no es solo una cuestión legal o de que va contra los tratados. La cancelación de deuda no tiene ningún sentido económico o financiero en absoluto», afirmó pocas horas después de su difusión el exministro español de Economía y Competitividad y actual vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, durante su intervención en un acto organizado por LSESU German Society.
Malo a largo plazo
El vicepresidente del BCE dijo que al condonar la deuda en el balance del banco central, este tendrá dificultades para mantener el flujo de dividendos que paga al tesoro nacional, por lo que, desde un punto de vista contable a corto plazo, la condonación de deuda puede suponer un alivio en la ratio de deuda pública del Gobierno, pero con el tiempo, afectaría a los dividendos obtenidos y puede producirse una equivalencia contable con un efecto quizás mayor que el de la cancelación, informa Europa Press.
Ayer, fue la propia Comisión Europea la que cerró la puerta a
esta posibilidad. «La anulación de la deuda por el BCE está prohibida por los Tratados, en especial por el artículo 123 (del Tratado Fundacional de la UE) que lo prohíbe», zanjó en una rueda de prensa en Bruselas la portavoz de Economía y Asuntos Financieros, Marta Wieczorek.
Wieczoreck recordó en su intervención que esta circunstancia ha sido ya señalada de manera «clara» por la propia presidenta del BCE, Christine Lagarde, no solo en declaraciones a la prensa durante el fin de semana pasado, sino también en diversas comparecencias ante el Parlamento europeo. En estas ocasiones, remarcó la portavoz, Lagarde «ha sido clara al respecto» y ha «aclarado que, efectivamente, la anulación de la deuda por el BCE está prohibida por los Tratados», por lo que Bruselas no tiene «nada que añadir». Lagarde, en una entrevista publicada el domingo por «Journal du Dimanche», aseguró que es más útil emplear la energía en decidir cómo usar la deuda.