El cordón sanitario de Casado
Pablo Casado no levanta cabeza y, por lo que se ve, no tiene nada claro lo que se le viene encima. Instalado en el cortoplacismo, no puso reparos a la propuesta independentista de que las elecciones catalanas se retrasasen. Viendo el temporal que se les ha venido encima y, dando por hecho que alguna información tendrían sobre el jaque a la reina que ha jugado Bárcenas, Casado debió pensar que lo que necesitaba era tiempo y alejarse todo lo posible de Rajoy. Ambas jugadas son más propias de un novato que de un dirigente experimentado.
Desde el momento en que la dirección popular se ha esforzado por mostrar que hace borrón y cuenta nueva, no ha hecho otra cosa que validar las acusaciones contra toda la estructura que representa el PP.
Parece que Bárcenas no tiene intención de aportar ninguna prueba, pero eso le da igual a Casado que intenta construir su liderazgo con el barniz de hombre honesto frente a los demás. ElPPh asido condenado por laca jaBy la gestión de sus ministros ha quedado en entredicho, no tanto por el ex tesorero o las reiteradas portadas, sino porque Génova ha trazado un cordón sanitario sobre Aznar y Rajoy.
El segundo error es pensar que en un par de meses y relegando a los protagonistas todo quedará en agua de borrajas. El daño por corrupción se emponzoña más a medida que pasan los meses. La opinión pública suele encolerizar no tanto por la cifra global del presunto fraude sino por algún gasto determinado.
Por otra parte, hay un elemento muy peligroso para el PP, Vox. La campaña catalana no le está yendo mal y, además, cuenta con la inestimable ayuda de los independentistas.
Como Abascal saque un buen resultado, puede significar su consolidación nacional en detrimento del PP y eso puede interesar a los separatistas e incluso a Sánchez a corto plazo, pero no a España a largo.