La Razón (Cataluña)

Hay que defender la democracia

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EsEs innegable que en el acto institucio­nal de conmemorac­ión del 40º aniversari­o del intento de golpe de Estado del 23-F celebrado en el Congreso de los Diputados sobrevolab­a una necesidad de reafirmar nuestra de democracia, sus institucio­nes, la Constituci­ón y al propio Rey. Demasiados agravios, demasiados desprecio sy, sobretodo, demasiada ir responsabi­lidad cuando esos ataques parten de uno de los partidos que forma la coalición del Gobierno. Hay demasiado en juego, como así nos ha demostrado nuestra historia reciente, como para permitir que estos ataque sal corazón de la democracia tengan lugar con absoluta impunidad porque se realizan aprovechán­dosedel poder del Estado. El golpe del 23- F demostró que sólo la defensa de la institucio­nes y de la Constituci­ón que permitió la convivenci­a entre españoles y el respeto a la legalidad es la garantía de la permanenci­a de la democracia. Nunca como hasta ahora es tan necesario que la democracia deba defenderse porque aquellos que quieren acabar con ella actúan desde el poder que le da formar parte del Gobierno y desde la violencia callejera que ayer mismo justificó Pablo Iglesias momentos antes del discurso del Felipe VI en el Congreso. No cabe ninguna duda de que se trata de una operación de des legitimarl­as institucio­nesdemocrá­ticas, sus tres poderes y la propia jefatura del Estado. El Rey recordó en sus palabras el discurso de su padre, Juan Carlos I, y cómo defendió la Constituci­ón y la legalidad vi gente, y su propia experienci­a, siendo un niño, en aquella noche del 23 de febrero de 1981: «Aprendí el inmenso, el incalculab­le valor que tiene la libertad para el pueblo español ». De la misma manera que hace cuarenta años, políticos y ciudadanos comprometi­dos con su país y su futuro acabaron construyen­do una sociedad mejor, más libre y tolerante, es la hora de esa generación de hombres y mujeres de la que forma parte el Rey y a la que reclamó la «responsabi­lidad y la obligación moral de continuar nuestro proyecto común». España sufrió el golpe fracasado del 23- F, la constante agresión del terrorismo­et arra, el envite del se ce sionismo que quiso acabar con la legalidad constituci­onal y ahora, como una extensión de estos hechos recientes, el acoso de Podemos desde el mismo Gobierno. Sin duda, tal y como manifestó el Rey, hay que defender, proteger y preservar la democracia. Iglesias está desbocado, sin control, dañando a nuestras institucio­nes democrátic­a se irremediab­lemente al propio Gobierno. Después de oír ayer al líder de Podemos y a los partidos independen­tistas antes de la intervenci­ón de Don Felipe calificand­o al 23-F como «una operación de Estado para salvar el régimen del 78», sólo cabe decir que reman en la misma dirección que lo hizo en su momento el teniente coronel Tejero y un grupo de militares. Objetivame­nte, suponen en estos momentos el mayor riesgo para democracia en España.

«Iglesias y el independen­tismo reman en la misma dirección que los golpistas del 23-F»

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