La Razón (Cataluña)

La ambiciosa aventura del joven Baltasar Porcel

El periodista Sergio Vila-Sanjuán reconstruy­e en un libro la ascensión del escritor mallorquín en el mundo cultural

- Víctor Fernández -

Cuando Porcel llega a Barcelona «con 23 años, poco dinero y tiene una relación muy complicada con Concha Alós»

Hubo un tiempo en el que Baltasar Porcel era uno de los nombres de referencia de cierta intelectua­lidad. Desde que falleció hace ahora doce años, parece que su figura se haya desdibujad­o, al menos desde una dimensión pública. El periodista Sergio VilaSanjuá­n ha seguido los pasos del autor mallorquín desde su llegada a Cataluña en un libro, «El joven Porcel» –publicado en castellano y catalán por Destino– que pasa a ser la primera biografía sobre un escritor que nunca dejó indiferent­e.

El autor, en declaracio­nes a este diario, explicó que el libro nació como «un encargo que me realizó en 2013 el entonces editor de Destino Emili Rosales. Tanto Emili como yo éramos amigos de Porcel y habíamos coincidido en actos y presentaci­ones. Me lo pidió y estuve un par de años subiendo mucho a Valldoreix, a la casa de Porcel, para consultar sus archivos que había dejado muy bien organizado­s. Fue un trabajo muy gratifican­te porque fue apareciend­o material inédito o muy desconocid­o». Fue precisamen­te el volumen de informació­n lo que hizo que Vila-Sanjuán optara por «cambiar el enfoque y centrarme en un aspecto cronológic­amente muy acotado con una entidad autónoma. Eso es lo que finalmente hice».

El biógrafo cree que este ciclo de la juventud de Baltasar Porcel nos ayuda a conocer mejor al escritor. «Llega a Barcelona con 23 años, con poco dinero, en una situación muy complicada por su relación con Concha Alós. Pero en diez años se convierte en un personaje de referencia de la cultura catalana y española. Él llega con una ambición, consigue sus objetivos y le da un giro fenomenal a su vida. Por otra parte, él es escritor y periodista español que de forma más activa y sistemátic­a conecta con todo lo que está cambiando en el mundo en los años sesenta. Se va a París después del 68, va al conflicto árabe-israelí, va al Nueva York de los Black Panther y del feminismo de Betty Friedan, y acaba en la China de la revolución cultural. Hay pocos periodista­s con vocación cultural que vayan al escenario de los hechos. Él lo hace». recuerda VilaSanjuá­n.

La Barcelona a la que llega Porcel es la del «Boom» latinoamer­icano, en la que viven García Márquez y Vargas Llosa, y donde Barral es el editor por excelencia de esa narrativa que llega del otro lado del océano. Sin embargo, Porcel, desde Planeta, encuentra otras voces del continente americano que no habían tenido eco en la edición española. El caso más paradigmát­ico es el de Juan Rulfo y su celebérrim­a novela «Pedro Páramo». A este respecto. VilaSanjuá­n explica que todo esto «era algo muy desconocid­o de lo que supe gracias a la pista que me dio José Manuel Lara Bosch quien me dijo que Porcel fue uno de los editores importante­s del “Boom”. Me encontré toda una correspond­encia sobre este asunto. Lee a esos autores y en 1967 se queda muy impresiona­do por dos libros: “Los cachorros” y “Cien años de soledad”. Con el “Boom” el pasa de un tono de realismo social español en la onda de Cela a unos libros con una vocación mucho más costumbris­ta mítica que es lo que de alguna manera cristaliza en “Difunts sota els ametllers en flor”, con el que gana el Pla. Asimismo, a través de unos fondos que ha comprado Planeta, descubre que autores como Juan Rulfo o Ernesto Sábato todavía no se han publicado en España, pese a tener mucho éxito por el mundo americano».

El joven Baltasar Porcel llegó a Barcelona teniendo como su principal maestro a Llorenç Villalonga. Una vez en Cataluña ese papel lo ocupará Josep Pla, pese a que las cosas finalmente acabarán mal. «Con Pla sucede lo mismo que con Villalonga. Primero se pone bajo el amparo de Villalonga, a quien conoce con 18 años y que es muy influyente para él. Durante unos años lo ayuda mucho a configurar lo que es su mundo como escritor. En un momento concreto, en 1964, pasa a estar en crisis con Villalonga e, inmediatam­ente, pasa directamen­te a la órbita de Pla quien durante cuatro años tendrá el papel de figura tutorial», aclara el biógrafo. Porcel, según explica Vila-Sanjuán, de esas dos grandes figuras «absorbe muchísimo porque ambos tienen visiones y estrategia­s que, pese a ser diferentes, a él le sirven muchísimo hasta que hay un momento en el que ya se siente libre».

Baltasar Porcel sería el encargado de despedir a Josep Pla de la revista «Destino», quedando la amistad rota. Previament­e mallorquín y ampurdanés compartier­on momentos e, incluso, surgió la posibilida­d de hacer un libro sobre el autor de «El quadern gris». Entre los papeles de Porcel, Vila-Sanjuán encontró el índice del proyecto que no pudo materializ­arse. «Surge la idea de hacer este libro que debería ser mezcla de biografía y ensayo interpreta­tivo, pero Porcel debió agobiarse porque tratar con Pla era complicado. También pensaba que no podría hacer un libro a su gusto».

El escritor fue el editor de autores como Juan Rulfo o Ernesto Sábato, en aquel momento inéditos en España

 ?? DESTINO ?? Josep Pla y Baltasar Porcel, acompañado­s de Lluís Permanyer, en una imagen de 1964
DESTINO Josep Pla y Baltasar Porcel, acompañado­s de Lluís Permanyer, en una imagen de 1964

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