Logran comunicarse con una persona mientras está soñando
Un nuevo estudio sobre sueños lúcidos demuestra que es posible relacionarse con el soñador a tiempo real y en ambas direcciones
A lo largo de la historia, los sueños siempre han estado rodeados de misterio. Cada noche perdemos la consciencia y nos sumergimos en un mundo donde todo parece posible, lleno de momentos extraños o incluso aterradores. Tanto es así, que muchas culturas han buscado en los sueños mensajes ocultos de los dioses; o, en tiempos más modernos, mensajes de nuestro subconsciente. Pero la neurociencia moderna los ve de una manera más objetiva. Se consideran alucinaciones vívidas que ocurren en una fase concreta de sueño, aunque no entendamosdeltodocómo se producen. Los sueños se estudian desde fuera usando electroencefalogramas para medir las ondas cerebrales, pero algunos laboratorios han tomado la dirección opuesta: estudiar los sueños desde dentro. Esta idea digna de película ya es posible gracias a un estudio publicado esta semana en la revista científica «Current Biology». En él, los científicos afirman haber sido capaces de entablar una conversación con alguien dormido mientras está soñando. Y no, no nos referimos a hablar dormido. Sino a hablar desde dentro del sueño.
Nunca desaparece
La actividad del cerebro nunca desaparece, pero sí que necesita momentos de descanso. Mientras dormimos, nuestro cerebro pasa por diferentes fases de sueño, cada una de ellas con su propia actividad eléctrica. La actividad de las neuronas durante el sueño suele ser lenta y sincronizada, un ritmo de fondo que se mantiene y diferencia de la actividad normal, más frenética y dedicada a procesar grandes cantidades de información. Ese ritmo lento se mantiene a lo largo de la noche, con una excepción: la fase REM. Durante ella, la actividad cerebral es muy parecida a la que tenemos mientras estamos despiertos.
Esta tormenta de actividad es provocada por los sueños, que solo suceden durante esta fase. Así, mientras soñamos, nuestro cerebro se encarga de generar estímulos visuales y auditivos, que son los que concebimos en forma de sueños. A veces, mientras estamos dentro de uno podemos recuperar la consciencia y reconocer que estamos soñando. Bajo estas circunstancias, se produce un sueño lúcido, en el que podemos movernos e interaccionar con los elementos del sueño estando «despiertos». Los sueños lúcidos son más frecuentes en niños que en adultos, aunque se ha podido investigar métodos para generarlos. Por ejemplo, hace seis años, científicos alemanes comprobaron que era posible generar sueños lúcidos en voluntarios dormidos si se daba una pequeña corriente eléctrica durante la fase REM.
Para estudiar el contenido de los sueños, normalmente se opta por preguntar a gente despierta. Pero podemos dar un paso más, y usar los lúcidos. Mientras el soñante está despierto dentro del sueño, puede ir retransmitiendo qué ve o probar diferentes experimentos a tiempo real. Para hacerlo, necesitamos un medio de comunicación, alguna manera de hablar con el soñante y que él responda. Esto es lo que ha logrado un equipo formado por diferentes universidades en el que han reunido a varias decenas de voluntarios con sueños lúcidos. La fase REM recibe su nombre de Rapid Eye Movement, o Movimiento Ocular Rápido. Esto es debido a que, durante esta fase, se puede ver que los ojos del dormido no dejan de moverse debajo de los párpados. Estos movimientos no son tan caóticos, sino que son los movimientos reales que hacen los ojos mientras el soñante observa lo que sueña. Dentro del sueño lúcido, podemos moverlos de izquierda a derecha en un patrón que se puede observar desde fuera. De este modo, el soñante puede mandar mensajes al exterior, que los investigadores detectan a través de sensores del movimiento de las pupilas. Este hecho ya se había comprobado hace décadas, pero lo que no se había logrado era la comunicación en la otra dirección: hablar con el soñante desde fuera. El soñante puede mover los ojos de forma acorde a lo que se ha entrenado, pero los experimentos podrían ser más complejos si pudiéramos hablarle desde fuera del sueño.
Sin chamanes
En este último estudio han comprobado que esto es posible situando un pequeño altavoz cerca del oído. Repitiendo una pregunta varias veces, el soñante es capaz de responder con los ojos mientras se mantiene el sueño lúcido, generando un diálogo entre ambos mundos. Lo difícil es no despertarlo. Este método funciona de la misma manera que escuchamos la alarma del despertador dentro de un sueño. En la fase REM, los estímulos externos suficientemente fuertes acaban integrándose con el sueño. Si el estímulo es demasiado fuerte, nos despertaremos, pero a la intensidad justa podemos mantenernos dormidos y que la información llegue al sueño lúcido.
La neurociencia actual está implicada en entender la naturaleza de los mismos. Ahora podemos ir preguntando a soñantes entrenados por lo que sucede en su mundo y experimentar con los sueños. No hacen falta chamanes, sino científicos en vela.