Más atención para un sector esencial
La importancia del automóvil en España viene dada por los números propios del sector. Supone un 8,5% del PIB español de manera directa, que asciende a un 11% si se añaden los servicios indirectos, como la distribución, los seguros o los servicios financieros. Da empleo al 9% de la población activa, con un alto porcentaje de alta cualificación. España es el segundo país de Europa en producción de vehículos y el noveno mundial. Genera más de 30.000 millones de euros en impuestos y tasas y supone casi el 20% de las exportaciones totales españolas. El 2 de marzo hará un año de la reunión en la que la junta directiva de ANFAC mostró al Presidente del Gobierno y a los ministros Ribera, Maroto y Ábalos el Plan 2020-2040, una propuesta constructiva hacia un nuevo sector que permita mantener y aumentar la competitividad industrial y al tiempo avance a nuevas soluciones de movilidad con nuevos agentes y servicios, creando empleo y atrayendo inversiones. Lo que en principio pudo parecer una buena recepción por parte del Gobierno a las ideas planteadas, su apoyo al sector y el reconocimiento a su papel clave, no se han traducido en hechos. Un mal planteado Plan Renove, anunciado en junio de 2020, pero puesto en marcha en septiembre, con unas inmensas trabas burocráticas, hizo que no funcionase. Un Plan Moves transferido a las Comunidades Autónomas, la gran mayoría de las cuales no cumplieron la fecha de inicio planteada, se tradujo en otro fracaso. Y la puntilla del Gobierno ha sido no haber actualizado los tramos en el impuesto de matriculación, el único europeo. Y sus efectos se han visto en el catastrófico comienzo de año, con caídas en las matriculaciones por encima del 50% y una pérdida de ingresos en Hacienda que se calculan en 150 millones de euros. El Gobierno no está apostando por un sector industrial que es capaz de generar una balanza de economía positiva. El Automóvil, con mayúsculas, debe ser un «proyecto país».