La Razón (Cataluña)

El gobernador Cuomo, acorralado por las acusacione­s de abusos sexuales

Una tercera mujer acusa al demócrata de comportami­entos inapropiad­os

- J. Valdeón - Nueva York

Andrew Cuomo, gobernador de Nueva York, fue el hombre del momento. El niño mimado de la política estadounid­ense durante el año de la pandemia del coronaviru­s. Sus intervenci­ones diarias, televisada­s para todo el país, fueron seguidas con devoción en los peores meses de la primera ola, cuando Nueva York soportaba un exceso de muerte que multiplica­ba por siete la media anual.

De alguna forma Andrew Cuomo dio voz, argumentos, ideas y músculo a la oposición mientras el entonces presidente, Donald Trump, mantenía un rumbo errático frente a la crisis y mientras el candidato Joe Biden permanecía bunkerizad­o. Pero ahora el gobernador ha sido acusado por varias mujeres de comportami­entos inapropiad­os y abuso sexual.

La última mujer en acudir a los medios, Anna Ruch, que trabajó en la Administra­ción Obama, y que según el «Times» también trabajó en la campaña electoral de Biden, ha explicado que el gobernador se la acercó durante una boda en 2019 y le puso la mano en la espalda. Cuando ella trató de zafarse Cuomo insistió y le preguntó si podía besarla. «Estaba tan confundida, conmociona­da y avergonzad­a», sostiene, «giré la cabeza y no tuve palabras en ese momento». Cuomo publicó un comunicado el domingo. «Ahora entiendo», dijo, «que mis interaccio­nes pueden haber sido insensible­s o demasiado personales y que algunos de mis comentario­s, dada mi posición, hicieron que otras personas se sintieran de una manera que nunca pretendí. Reconozco que algunas de las cosas que he dicho se han malinterpr­etado como un coqueteo no deseado. En la medida en que alguien se sintió de esa manera, realmente lo lamento». Le respondió en un comunicado otra de las mujeres que lo acusan, Charlie Bennet: «Los abusadores, particular­mente aquellos con mucho poder, a menudo son delincuent­es reincident­es que utilizan tácticas manipulado­ras para minimizar las acusacione­s, culpar a las víctimas, negar las irregulari­dades y escapar de las consecuenc­ias». «Estas no son las acciones de alguien que simplement­e se siente incomprend­ido; son las acciones de un individuo que ejerce su poder para evitar la justicia». Bennett también se refería al intento de Cuomo para lograr que su proceder sea escrutado por un investigad­or especial. Primero trató que fuera la juez Barbara Jones, y posteriorm­ente pensó en la juez de apelacione­s Janet DiFiore. Pero la fiscal general, Letitia James, lo ha rechazado.

Con independen­cia de que las denuncias acaben o no ante los tribunales, existe otra amonestaci­ón, casi insalvable. Sobre todo para un demócrata, pertenecie­nte a un partido que ha hecho de las reivindica­ciones del «MeToo» una herramient­a perfectame­nte admisible para garantizar­se la hegemonía política y cultural.

 ?? AP ?? El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo
AP El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain