La Razón (Cataluña)

«Solo aspiro a encontrar trabajo que me permita subsistir»

JAIME SOBRINO Quiosquero La estabilida­d laboral, una utopía para este quiosquero vallecano

- C. Lorca -

Las cifras del paro que se conocieron ayer dan de todo menos pie a la esperanza. El número de parados ha sobrepasad­o la barrera de los cuatro millones. En febrero, se inscribier­on 44.436 personas en las listas del SEPE, 900.000 personas están en ERTE, y la cifra de menores de 25 años parados es de 366.000. Los números son sólo eso, números. Pero detrás de ellos se esconden cuatro millones de realidades diferentes que hacen de esta pandemia no sólo un desastre sanitario y económico, sino también social y humano.

En sus propias carnes lo está viviendo Jaime, un joven de 36 años al que el coronaviru­s ha vapuleado. Él era autónomo. Tenía un quiosco de prensa familiar. Heredado del abuelo de su padre, muchísimos años en la Plaza de Villa de Vallecas al pie del cañón. Pero, de la noche a la mañana, «caput»: «Por culpa del covid he tenido que cerrarlo. Supuestame­nte somos de primera necesidad y yo tenía que permanecer abierto. Pero si la gente no podía salir a la calle, ¿qué iba a vender yo?», se lamenta.

Además, al estar abierto y continuar su actividad, no percibió ninguna ayuda. Comenta con algo de sorna la confusión que tiene el Gobierno y la poca claridad de su actuación: «Me retiraron el canon anual. Aún así, en su día, cuando no se sabía nada, tuve que pagarlo.

La semana pasada me lo han vuelto a mandar diciendo que tenía un recargo de 50 euros por atraso después de que hace dos semanas me mandaran una carta diciendo que me lo iban a devolver. Tiene un lío...», lamenta.

Después de echar el cierre, Jaime tuvo «suerte», si se le puede llamar así. Encontró un trabajo temporal: «Voy donde me va saliendo. He trabajado unos meses en la limpieza viaria, pero se me acabó el contrato y no me volvieron a llamar. También me contactaro­n de Decathlon, pero igual, dos meses y a casa. No me han renovado». En esta última empresa le aseguraron que, si la cosa mejoraba, le volverían a llamar. Pero nada más lejos: «No hay trabajo. Empezaron a cerrar tiendas, comenzaron a establecer límites horarios y no se vendía igual. No había actividad, y eso que es una empresa grande».

Jaime ve el futuro bastante turbio. Sólo aspira a ir encontrand­o puestos esporádico­s que le permitan ir subsistien­do. Pero de seguridad, nada: «Ahora mismo solo pienso en que venga el verano y entrar en algún sitio para cubrir sus vacaciones. Me iban a llamar de Decathlon ahora que empezaría a haber más demanda... Pero nada, tengo amigos dentro que me dicen que es imposible».

 ?? JESUS G. FERIA ?? Sobrino se ha vuelto a quedar en paro, tras enlazar varios trabajos temporales, al cerrar su quiosco
JESUS G. FERIA Sobrino se ha vuelto a quedar en paro, tras enlazar varios trabajos temporales, al cerrar su quiosco

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain