Cataluña planea una desescalada «tímida» en la restauración hasta Semana Santa
Descarta flexibilizar el toque de queda, pero trabaja en un «calendario» para planificar con tiempo las medidas
Cataluña se prepara para una apertura «tímida», una relajación «mínima» y paulatina de las severas restricciones derivadas de la pandemia de coronavirus con la vista puesta en la Semana Santa y la llegada de la primavera. El objetivo es calendarizar y planificar con cierto margen de tiempo las medidas para la hostelería y la restauración. Eso sí, la Generalitat rehuye fijar un horizonte lejano y sigue hablando de ir «poco a poco»: entre hoy y el viernes, el comité técnico que gestiona la pandemia estudiará si relaja las restricciones vigentes y empieza a ampliar el horario de bares y restaurantes –sólo pueden abrir unas horas repartidas hasta las 16:30– de cara al próximo lunes. Unas medidas que se revisarán cada siete días.
Cabe recordar que este lunes pasado el Govern dio luz verde a la apertura de centros comerciales y grandes superficies, siempre con limitación de aforo (30%) y de espacio (400 metros cuadrados). El confinamiento pasó de ser municipal a comarcal la otra semana y se ha ampliado mínimamente la gente permitida que puede hacer uso de piscinas en gimnasios o centros deportivos.
En paralelo a este «semana a semana» condicionado a los últimos datos epidemiológicos, la Generalitat está «comenzando a trabajar» para poder «planificar» o elaborar un «calendario» sobre las restricciones que estarán en vigor durante la Semana Santa, con el fin de dar ya algunas certezas a la hostelería y la restauración. «Deberíamos ser capaces de poder planificar y prever un poco, siempre y cuando la epidemia nos lo permita, qué medidas se pueden ir relajando de cara a Semana Santa», resumió ayer la portavoz del Govern, Meritxell Budó. En concreto, sin entrar en detalles, se refirió a relajar el confinamiento perimetral (ahora comarcal), a ampliar los horarios de apertura de bares y restaurantes o a permitir que tengan lugar actividades extraescolares.
Una apertura de mínimos que avaló después el secretario de Salud Pública, Josep Maria Argimon, quien apostó por seguir con la flexibilización de las restricciones, sin entrar en concreciones a la espera de la reunión del Procicat. Según Argimon, tiene que haber una «apertura tímida» de la actividad para «dar aire y que la gente pueda respirar», pues ve «fatiga» en la sociedad en general y, en concreto, «malestar» de la gente joven expresada en las calles tras el encarcelamiento del rapero Pablo Hasel, a su parecer.
Eso sí, la Generalitat descarta de plano levantar o flexibilizar el toque de queda, vigente en Cataluña desde finales de octubre. Hace ya más de cuatro meses que los catalanes no pueden moverse libremente por la calle a partir de las 22:00 y hasta las 6:00 horas si no es por un motivo o causa justificada, una medida que seguirá vigente como mínimo a corto y medio plazo.
Sant Jordi, en el aire
«Empieza a estabilizarse una tendencia a la baja, pero muy lenta, y veremos si esta tendencia permite o no que se puedan celebrar ciertos acontecimientos masivos, de mucha gente. Lo acabaremos de valorar los próximos días», respondió la portavoz del Govern al ser preguntada sobre la cancelación del festival Primavera Sound de este año y el aplazamiento hasta 2022. En el horizonte también aparece Sant Jordi, el 23 de abril y como festividad de referencia en Cataluña. La portavoz del Ejecutivo, Meritxell Budó, condicionó su celebración a que mejoren los datos epidemiológicos, dejando claro que no han tomado aún una decisión al respecto y que estará supeditada a la evolución de la tercera ola del coronavirus.