LOS FEROZ SE VENCEN AL CAPRICHO «NEGACIONISTA» DE VICTORIA ABRIL
AntesAntes de que comenzara la gala, en ese conato de alfombra roja que organizó con todo su empeño la Asociación de Informadores Cinematográficos (AICE), que entrega los Premios Feroz, el veterano Jorge Sanz daba una pista: «Yo no sé si os ha confirmado o no su asistencia, porque Victoria (Abril) hace lo que le da la gana y encima porque la da la gana». La concesión del actor, hacia una compañera a la que luego dedicó una oda encima del escenario del Teatro Coliseum de Madrid, fue el presagio exacto exacto de una ceremonia, la de los galardones de la crítica especializada, que cayeron presos del síndrome de la diva «negacionista». Lo que debía ser una guerra amistosa y cordial en un año terrible para la taquilla de nuestro cine y entre «Las niñas», «La boda de Rosa» y «Akelarre» o, en su defecto, una invitación a que el público volviera a llenar las salas y huyéramos de lo telemático, aunque sea por un momento, quedó tristemente reducido al «show» farandulero de la protagonista de «¡Átame!».
Antes de que subiera Abril al escenario, y agradecidas ordinarieces de Paca «la piraña» mediante, eso sí, la justicia de los informadores cinematográficos se hizo verbo con los premios de Verónica Echegui como Mejor actriz de reparto («Explota, explota»), «El año del descubrimiento» como Mejor documental o Loreto Mauleón, por su excelente papel en «Patria». Además, el taconeo de la presentadora, Pilar Castro, levantó por momentos y con cierto tufo a naftalina en el guion de Isabel Calderón y Lucía Lijtmaer, que quedó lejos de la pulsión de una industria que ciertamente ya nada harta en los chistes sobre la precariedad que no van mucho más allá. Menos mal que llegó Asaari Bibang para conectar los primeros golpes a un público dormido a partir del minuto 45 de gala. Para cuando Pilar Palomero recogió su primer premio de la noche al Mejor guion, por su apertura en canal en «Las niñas», el huracán ya se dejaba sentir sobre el negro impoluto del escenario que la actriz Esti Quesada hizo incómodamente surrealista.
Sin mascarilla y en aura y vaporosidad de diva, la intérprete agradeció el premio a la AICE. «Siento muchísimo si en la rueda de prensa, hablando sin filtros, ofendí a alguien que haya perdido a sus seres queridos», espetó la actriz y rápidamente continuó con los agradecimientos, como si hubiera quedado reparado el agravio con apenas una mención. Las disculpas de Abril, pese a hacerse necesarias, supieron a poco después de negar varias veces el virus.
«Las disculpas de Abril saben a poco después de negar varias veces el virus»