TURISMO ACTIVO EN LA «ROSA DE FUEGO»
HuboHubo un tiempo, ya muy lejano, en el que para los anarquistas de medio mundo Barcelona era la «La Rosa de Fuego», la ciudad de los obreros en revolución, que, de vez en cuando, incendiaban iglesias y mataban malvados burgueses. De aquello, apenas queda el folklore de los antisistemas, el rollo de la cultura de la okupación y las mil maneras de justificar la eterna adolescencia y la despreocupación al sol del membrillo. Y ahí tenemos a Sara Catevina Cassica, de 35 años, anarquista italiana de Turín, okupa en Barcelona y a la que han pillado haciendo turismo activo por ese remedo de la «Rosa de Fuego» en la que ya no habita ni uno solo de aquellos trabajadores que creían que el jornal justo no se mendigaba desde el sindicato, sino que se arrancaba a base de golpes al patrón. La todavía joven Cassica, habitualmente dedicada a sus videos sobre arte callejero, cinco compatriotas y una francesa han sido detenidos por los disturbios de Barcelona. Según los Mossos, estos italianos eran los que de verdad sabían del asunto, estaban organizados, disponían de materiales incendiarios y procuraban causar el mayor daño posible. Cassica, al parecer, fue la que arrojó el aguarrás contra una furgoneta de la Guardia Urbana, que luego prendieron con una bengala, pese a que había un policía dentro, que pudo haberse quemado. Ah, también quemaban sucursales bancarias y comercios caros. El resto de los vándalos parece que sólo iban a mirar. El juez ha dictado auto de prisión para el grupo de extranjeros.