La Razón (Cataluña)

Amores que matan

- Raúl LOSÁNEZ

Autoría y dirección: Iñaki Rikarte. Intérprete­s: Luis Moreno y Jesús Barranco. Teatro de la Abadía, Madrid. Hasta el 14 de marzo

Atendiendo solo al punto de partida argumental, uno podría pensar que esta es la obra más friki y gamberra de las cuatro que ha puesto en escena, con extraordin­ario talento hasta la fecha, la exitosa compañía Kulunka. Si embargo, en su lectura más profunda, puede que la función sea en realidad la más meditativa y filosófica de todas; y, por tanto, desde un punto de vista conceptual, la más compleja. La historia de un tipo que, después de tener un trágico accidente de tráfico, recibe la visita de su ángel de la guarda en los instantes previos a la muerte para instruirle en la tarea de ángel custodio que tendrá que desempeñar en adelante, cuando abandone definitiva­mente la vida, podría haberse desarrolla­do, en manos de un director como Rikarte, como un puro disparate escénico lo suficiente­mente convincent­e por sí mismo para justificar la propuesta. Pero el texto, firmado por el propio Rikarte, no es, a pesar de su argumento, un mero vehículo para explorar posibilida­des

Lo mejor

La original mezcla de géneros que rige tanto el tono como el fondo de la obra

Lo peor

El verdadero meollo puede pasar un tanto inadvertid­o para algunos espectador­es

cómicas en el lenguaje literario y escénico, sino que posee una fuerte carga reflexiva y metafórica –no demasiado esperanzad­ora– en torno al amor, que es el tema fundamenta­l de la obra, aunque a veces juegue al despiste. Desde luego que hay comedia, y un tipo de comedia, además, muy surrealist­a; pero el ritmo es sereno, pausado, atípico, y hay una neblina de thriller que lo envuelve todo –perfectas para la ocasión la escenograf­ía de Ikerne Giménez y la iluminació­n de Javier Ruiz de Alegría–, sumiendo la acción en una oscuridad que descoloca, o incluso incomoda, más de lo que uno hubiera previsto al ocupar su localidad. En el plano actoral, Luis Moreno y, especialme­nte, Jesús Barranco hacen un fantástico trabajo para llevar de la mano al espectador hasta un desenlace con un espléndido giro que no es en absoluto tramposo, sino que está perfectame­nte justificad­o en todo el desarrollo dramático. En ese final, la naturaleza del amor se nos revelará con su ineluctabl­e perversión: indisociab­le de algo tan aparenteme­nte contrario a él como es el egoísmo, veremos que ese amor, como leemos cada día en la página de sucesos, es capaz de corromper a veces incluso el ideal más noble.

 ?? KULUNKA ??
KULUNKA

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain