La remontada de Piqué
Marcó el gol que forzó la prórroga y se resintió de la rodilla lesionada
Sólo un asiento separaba a los candidatos a las elecciones del Barcelona en el palco. Laporta, Font y Freixa están condenados a convivir en las últimas semanas. En los debates y en los partidos. Compañeros de sufrimiento y rivales en las urnas.
Cerca de ellos estaba Juan Carlos Unzué, homenajeado por el Sevilla antes del partido entre dos de los clubes de su vida. Unzué era suplente de Zubizarreta, una tarea que heredó años después Julen Lopetegui.
El ex seleccionador se acercó a la leyenda después de ganar la Liga Europa la temporada pasada, pero no puede competir con los mitos como Piqué.
El central azulgrana se dejó la rodilla en la visita al Metropolitano y regresó para intentar asegurar la defensa en la eliminatoria contra el PSG. Fracasó en su regreso, pero marcó el gol que forzó la prórroga para el Barcelona y terminó valiendo para que se clasificara para la final de Copa.
Lo estaba viendo su futuro presidente en el palco, sea cual sea, pero el gol era quizá el aviso de que el presidente de verdad estaba en el césped. Ése es el futuro que le espera en el club, segíun todos los indicios. Y mientras completa su carrera como futbolista, va haciendo las prácticas de presidente en el Andorra.
Pero le queda mucho por hacer aún en el campo. Hizo su trabajo en defensa y el de los delanteros en ataque. Y volvió a jugarse la rodilla en la prórroga. Fue en una jugada sin rival, conducía la pelota él solo, sin que nadie le molestara y otra vez volvió a sentir algo en la rodilla derecha, la misma que se lesionó jugando contra el Atlético. La sonrisa permanente de Piqué y su carácter extravertido hacen que a veces no se tome en consideración su compromiso. Le pasaba en la selección y le sucede a veces en su club. Pero Piqué lo deja todo en el campo. Incluso sus articulaciones.
Puede que fuera sólo un susto, un aviso, lo que le hizo quedarse tendido sobre el césped. Pero el central azulgrana no se guardó nada. Regresó al terreno de juego para que su equipo siguiera jugando en superioridad y pudiera llegar a una final más de la que se ha convertido en su competición favorita en las últimas temporadas.
Ha estado en las seis últimas finales que se han disputado y ha ganado cuatro de ellas. Perdió contra el Real Madrid en 2014 y contra el Valencia en 2019. Entre medias, cuatro títulos, uno de ellos con una goleada ante el Sevilla (5-0) en la despedida de Iniesta.
Queda por jugar la de la temporada pasada, el derbi vasco entre la Real Sociedad y el Athletic Club. Pero a Piqué ya le parecía demasiado dos temporadas consecutivas sin llegar a su lugar natural. Aunque le cueste jugarse el físico una vez más.
Hace unos meses Piqué se ofrecía a salir si era lo que necesitaba el club después de la escandalosa derrota ante el Bayern en la Liga de Campeones (2-8). Ahora, los candidatos a la presidencia del Barça vuelven a comprobar que es necesario.