La Razón (Cataluña)

El Gobierno da barra libre a las comunidade­s para expropiar viviendas

Ábalos renuncia a prohibir la confiscaci­ón de casas en la futura Ley al no ser competenci­a estatal

- POR INMACULADA G. DE MOLINA JAVIER DE ANTONIO

Ábalos renuncia a prohibir la confiscaci­ón de casas en la futura Ley de Vivienda al ser competenci­a regional. Las expropiaci­ones para abaratar el alquiler abren un nuevo campo de batalla entre Podemos y PSOE mientras el Gobierno deja en manos de cada autonomía la decisión de intervenir pisos a los grandes tenedores.

La bomba estalló el pasado martes: el Gobierno de Baleares, encabezado por la socialista Francina Armengol, decidió iniciar los trámites para expropiar 56 viviendas de grandes propietari­os para dedicarlas al alquiler social durante al menos siete años, el plazo mínimo establecid­o para un contrato de alquiler. La onda expansiva de esta deflagraci­ón ha esparcido sin control la incertidum­bre en el mercado inmobiliar­io y ha desvelado el caos regulatori­o español. Y no parece que la nueva Ley de Vivienda que prepara el Gobierno vaya a solucionar los problemas, máxime cuando se ha enquistado su tramitació­n por las diferencia­s entre los dos socios de Gobierno.

La guerra interna que enfrenta a Podemos y al PSOE parece no tener fin. Cualquier materia a regular es objeto de confrontac­ión. La limitación de los precios de los alquileres de los pisos y cómo se regulará se ha convertido, desde hace semanas, en un nuevo campo de batalla, en el que el último experiment­o, forzado por Podemos, y protagoniz­ado el Gobierno de coalición de Baleares y su expropiaci­ón exprés ha vuelto a abrir las heridas.

Tras esta decisión del Gobierno regional balear, inevitable­mente, las preguntas surgen de inmediato: ¿es justa y legal esta expropiaci­ón?; ¿el Gobierno de Sánchez seguirá la senda de Baleares?

La respuesta a la primera incógnita recae bajo la órbita de la Justicia, que sopla a favor del Ejecutivo autonómico. Las comunidade­s pueden legislar sobre vivienda por tratarse de una competenci­a exclusivam­ente autonómica. De hecho, la doctrina del Tribunal Constituci­onal avala la decisión de Baleares, recogida en su ley de vivienda regional. Por tanto, otras autonomías, bajo el paraguas del TC, podrán emular a Baleares.

En este supuesto, se encuentra País Vasco y Navarra, que pueden expropiar por un tiempo limitado, y la Comunidad Valenciana, que puede optar por adoptar esta medida tan solo en caso de desahucio hipotecari­o. Pero y ¿el Gobierno central? En realidad, el Estado no tiene competenci­a sobre esta materia, transferid­a, en su día, a las comuautono­mías, nidades autónomas. Por tanto, en principio, no puede legislar.

Sin embargo, una parte del Gobierno, liderada por Podemos, apuesta por regular a favor de facilitar estas expropiaci­ones en la futura ley de vivienda, que prepara el departamen­to de José Luis Ábalos, según confirman a LA RAZÓN fuentes de la formación morada. Mientras, la otra pata del Ejecutivo, la socialista, cierra la puerta a esta posibilida­d de un portazo.

Fuentes del Ministerio de Transporte­s, Movilidad y Agenda Urbana revelan a este diario que Ábalos está totalmente en contra de adoptar una regulación en la nueva Ley de Vivienda que auspicie las expropiaci­ones como fórmula para abaratar el coste del alquiler. Es más, aseguran que no incluirán ninguna redacción en este sentido en la futura norma, cuya elaboració­n enfrenta a ambos socios.

Pero ¿si no modifican la ley para favorecer las expropiaci­ones, por qué no lo hacen para impedirlas? En este caso, las mismas fuentes argumentan que sencillame­nte «se trata de una competenci­a» exclusiva de las en las que el Estado no puede legislar en ese sentido, ya que «sería objeto de recurso ante los tribunales».

Por tanto, si desde el Gobierno central no se va a hacer nada, ¿se puede poner freno a estas actuacione­s auspiciada­s desde los poderes regionales? De momento, bancos, sociedades inmobiliar­ias, propietari­os de inmuebles y grandes tenedores están estudiando recurrir la decisión del Gobierno balear, aunque la transferen­cia de las competenci­as de vivienda a las comunidade­s dota a estas de legislació­n propia y, por tanto, avala la posibilida­d de realizar expropiaci­ones en contextos concretos, como puede ser el caso de una crisis habitacion­al, razón aducida por Armengol.

Pero Baleares no es la única región que recoge la posibilida­d de una expropiaci­ón forzosa. País Vasco y Navarra están habilitado­s legalmente para intervenir viviendas vacías de grandes tenedores si decidieran hacerlo, aunque los plazos son diferentes en cada una. En el caso vasco hay unos

periodos de tramitació­n de dos años y seis meses para Navarra. En el caso balear el proceso a empieza y termina con la luz verde del Consell. La Comunidad Valenciana permite la expropiaci­ón de viviendas en ejecución hipotecari­a cuando se hayan iniciado procedimie­ntos de desahucio por parte de bancos, inmobiliar­ias o entidades de gestión de activos, pero solo lo puede hacer con un plazo máximo de tres años.

Otras regiones, como Cataluña o Canarias, contemplan la inhabilita­ción de viviendas vacías de grandes tenedores, con sanciones de hasta 900.000 euros, pero hasta ahora no han dado el paso. Extremadur­a, con su Ley 2/2017, contemplab­a la «expropiaci­ón forzosa del usufructo temporal de determinad­as viviendas en circunstan­cia de emergencia social», pero la reforma hecha en 2019 solo reconoce adoptar sanciones para los grandes tenedores de viviendas vacías. Otras regiones, como Aragón, presidida por el socialista Francisco

Javier Lambán, valoran incluir esta fórmula.

En el caso de las comunidade­s gobernadas por el PP, «se descartan por completo» estas medidas. De hecho, todas estas leyes, menos la promulgada en Navarra, fueron recurridas en 2016 por el Gobierno de Rajoy, aunque en 2018 el Constituci­onal levantó la suspensión de los artículos referentes a la expropiaci­ón temporal de la ley catalana y de la ley vasca, pero mantuvo este embargo en las leyes valenciana y extremeña.

El modelo de expropiaci­ón de Baleares se ha realizado bajo el paraguas del concepto legal de la cesión de uso, un procedimie­nto expropiato­rio que no resulta gratuito para la Administra­ción pública. El coste de este primer paquete de 56 viviendas será de 1,8 millones de euros, que se abonará en un pago único. Esta cuantía es considerab­lemente inferior a los precios del índice de alquiler elaborado por el Mitma –que regula los precios del alquiler–, ya que la cantidad con la que se va a indemnizar equivale a 390 euros al mes, muy por debajo de los 624 euros de precio medio mensual que marca el índice del departamen­to de Ábalos.

Ante el peligro de que decisiones de este tipo se extiendan, la Asociación de Propietari­os de Viviendas en Alquiler (Asval) cargó con dureza contra lo que consideran «un ataque al derecho constituci­onal a la propiedad privada, contrario a la seguridad jurídica» que se necesita para desarrolla­r un mercado de alquiler homologabl­e al de otros países europeos. En un comunicado, criticaron que este tipo de decisiones «vulneran la confianza de los inversores, disminuyen la oferta de vivienda en alquiler y erosionan la imagen de nuestro país como destino de inversión». Asval denuncia que el Gobierno balear oculta su mala gestión y su falta de inversión en vivienda pública «cargando sobre los hombros de los propietari­os su responsabi­lidad de dotar vivienda a los colectivos vulnerable­s».

Por su parte, la Asociación Balear Balear de Servicios Inmobiliar­ios (Absi) responsabi­liza también al Gobierno balear, que «ha tomado una decisión que no soluciona el problema de la falta de vivienda». «Ni se ha promovido la vivienda de protección oficial ni incentivad­o a los constructo­res con bajadas de impuestos y subvencion­es para la vivienda de alquiler», criticó en declaracio­nes a este diario Fernando Valentín, propietari­o de Living Palma Inmobiliar­ia y directivo de esta patronal. «Si se crea insegurida­d jurídica y no se incentiva la inversión, al final lo que provocan las expropiaci­ones es un problema mayor y el sector sigue sin estar regulariza­do».

Pero desde Podemos se sigue haciendo oídos sordos a todas las voces en contra y se busca incluir en la nueva Ley de Vivienda que los grandes propietari­os de inmuebles destinen el 30% de sus viviendas a alquiler social, una medida que supone, de facto, legalizar ese 30% de expropiaci­ón y penalizar el derecho a la propiedad privada, algo que Ábalos rechaza de plano, por ahora.

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REUTERS Las expropiaci­ón de viviendas en Baleares ha creado alerta en el mercado del alquiler

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