Ataque a la propiedad y al acceso a la vivienda
La pulsión totalitaria de parte de la izquierda en el poder impregna sus decisiones. Su obsesión con la propiedad privada –la ajena– es conocida, siempre vendida como un acto de justicia contra los grandes tenedores o fondos buitres, que son sus favoritos. La expropiación de 56 viviendas por parte del gobierno de Baleares –que apunta a convertirse en un fiasco después de que parte salga a la venta o carezca de cédula de habitabilidad– incide en la deriva liberticida de administraciones incapaces de enmendar un problema con iniciativas en positivo que no vulneren derechos ajenos. Se ha abierto la veda de la confiscación de la propiedad que es «normalizar» un ataque a la seguridad jurídica, la inversión y a principios fundamentales del estado de derecho. LA RAZÓN adelanta hoy que, como en otros asuntos, el Gobierno se ha desentendido del lío con la argucia de que es competencia autonómica. La futura ley de la Vivienda, que prepara Ábalos, no impondrá un veto al embargo de casas y extenderá una alfombra roja para que se intervengan propiedades. Es un paso más en la involución democrática del Estado. Se amenaza desde el BOE la certidumbre y el derecho en un tiempo de crisis. El acceso a la vivienda no se mejora con la injusticia y el decomiso de lo ajeno, sino con una mejora superlativa de la oferta, entre otros instrumentos garantistas.