La Razón (Cataluña)

Buena cocina en «tupper»

A falta de grandes bodas y citas, Isabel Maestre y Marta Cárdenas diseñan menús semanales que solucionan la comida y la cena a quienes no cocinan

- POR TATIANA FERRANDIS

Juntas abren la puerta del obrador a las seis de la mañana. Isabel Maestre fue pionera en el difícil arte de servir a domicilio, oficio artesano que ejerce desde hace 40 años y, a día de hoy, es una de las tendencias gastronómi­cas provocadas por la Covid-19. Sí, el «delivery» es un sector emergente en Europa. Según un estudio realizado por Kantar, «en los entornos urbanos de España, solo el 45 por ciento de los consumidor­es ha utilizado el servicio de entrega de comida a domicilio en el último año, y solo el siete lo hace una vez a la semana, lo que demuestra que el ‘‘delivery’’ tiene espacio para ampliar su oferta». Visitamos su cocina, donde nos explica su hija Marta Cárdenas que no dejaron de producir ni durante el estado de alarma al considerar­se su trabajo servicio esencial de la industria de la alimentaci­ón al poseer también tiendas en dos grandes almacenes: «Ya en enero nos anularon varios proyectos previstos para el verano pasado y, además, contamos con una inversión grande que nos hace no parar». De ahí que decidieran adaptarse antes de morir y sustituir el caviar y la langosta por los garbanzos y la carne de ternera.

Sí, a falta de grandes bodas y eventos envían su menú semanal a particular­es que no quieren cocinar, no saben o no pueden por falta de tiempo: «El envío a domicilio conlleva problemas de logística, pero han sido comprensiv­os y nos han ayudado a estar activos, a pasar el bache y a no arruinarno­s», dice, al tiempo que reconoce que para bordar la propuesta diseñan una carta corta. Huyen de los envasados al vacío y elaboran los platos a diario, que van cambiando cada semana. La idea es que el cliente escoja cinco de ellos por 65 euros, porque en la nevera aguantan varios días en perfecto estado. Ejemplos son el potaje de Cuaresma, las alcachofas con jamón, el «beuf bourgignon» con arroz, la lubina al horno con tomate y espárragos, además de una crema de verduras y consomé: «Me hubiera encantado tener una casa de comidas», continúa. Y se nota por el equilibrio de verduras y proteínas de cada receta. De ahí su éxito.

A la vieja usanza

¿Lo curioso? Con el objetivo de que lleguen a su destino como les gustaría recibirlo, no trabajan con app alguna. Atienden los pedidos por teléfono y el mismo repartidor los distribuye: «Las aplicacion­es se quedan con un tanto por ciento alto y son sus propietari­os quienes se enriquecen. La comida debe tener un precio, sobre todo, si es de calidad, y el transporte, otro», sentencia.

Más opciones. Wetaca publica cada jueves sus sugerencia­s, que rondan los seis euros, como la «parmigiana» de berenjenas. Únicamente necesita un par de minutos de micro y el plato está listo para llevar a la mesa. Para celebrar su quinto aniversari­o, la empresa lanza una suscripció­n semanal personaliz­ada. Tomen nota, porque Tapper’s Lifestyle, Tupperdici­on, Apet Eat, Minevera, Meal solutions, Menudiet, Mi plato, Knoweats y No cocino más también nos solucionan el buen comer. comer. ¿Y conoce Foodintheb­ox? Merece la pena. Por una parte, es posible recibir los ingredient­es justos, dosificado­s y empaquetad­os para elaborar unas recetas específica­s, que llegan impresas en la caja para que así nos acostumbre­mos a no llenar el carrito de la compra con alimentos innecesari­os que terminan en la basura y, por otro, nos preparan un platazo para cada día de la semana (hummus con ternera a la libanesa, arroz gangnam...). Sin complicaci­ones.

 ?? CIPRIANO PASTRANO ?? Isabel Maestre (izda.) y Marta Cárdenas ultiman en su obrador un pedido de platos caseros recién preparados
CIPRIANO PASTRANO Isabel Maestre (izda.) y Marta Cárdenas ultiman en su obrador un pedido de platos caseros recién preparados

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