El grupo sanguíneo A eleva el riesgo de contagio y de gravedad
Nuevos estudios confirman que el SARS-CoV-2 muestra una especial preferencia por unirse a los antígenos de los individuos con sangre A
Después de un año de pandemia todavía sobrevuelan sobre la comunidad científica muchas incógnitas acerca del SARS-CoV-2, pero también hay cada vez más certezas que encajan en el rompecabezas de la Covid-19. Una de ellas es la pieza del grupo sanguíneo, un factor que parece ser determinante, al menos, en cuanto a la infección por el nuevo coronavirus. En concreto, un nuevo estudio, avalado por la Escuela de Medicina de Harvard y la Sociedad Americana de Hematología y publicado el pasado miércoles en la revista científica «Blood Advances», confirma que el SARS-CoV-2 muestra una especial afinidad por el antígeno del grupo sanguíneo A que se encuentra en las células respiratorias de los individuos. Se trata, por tanto, de la primera asociación directa entre el virus y los antígenos de los grupos sanguíneos, «lo que podría explicar por qué las personas del tipo de sangre A tienen más probabilidades de resultar infectadas», asegura Cristina Arbona, vocal de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH) y directora del Centro de Transfusiones de la Comunidad Valenciana, quien recuerda que esta idea ya se avanzó cuando apareció el SARS-CoV-1. De hecho, tal y como advierte Esther Pena, responsable del Banco de Sangre del Servicio de Hematología de la Clínica Universidad de Navarra, estudios previos han demostrado la relación entre el grupo sanguíneo ABO y la susceptibilidad a padecer ciertas infecciones como la malaria, el Helicobacter pylori y otros virus». Por ello, según insiste Arbona, «no resulta nada descabellado pensar que este nuevo coronavirus tampoco sea ajeno a esa tendencia».
Ahora, la pregunta del millón es explicar el porqué de esa predilección del virus, ya que eso permitiría abrir una nueva vía de trabajo: «Comprender mejor cómo los antígenos ABO atraen al virus podría permitir diseñar sustancias que imitaran los otros grupos sanguíneos capaces de inhibir o prevenir la infección», argumenta Sean R. Stowell, miembro de la Escuela de Medicina Medicina de Harvard y director de esta nueva investigación. El reciente estudio apunta a que «ciertos tejidos epiteliales como el gástrico y el respiratorio pueden expresar antígenos del grupo ABO de forma que pudieran actuar como receptores del SARS-CoV-2 uniéndose a su membrana. De hecho, se cree que la existencia de anticuerpos anti-A (cuya presencia es natural en pacientes de grupo O o/y AB) puede prevenir la unión del SARS-CoV2 con su receptor ABO inhibiendo la entrada del virus en la célula humana diana. He aquí la explicación de por qué las personas de grupo sanguíneo A pueden ser más vulnerables frente a este virus», detalla Pena.
Así, este hallazgo se suma a la idea que ya han confirmado otros estudios previos sobre «la mayor