¿DEBEN LAS EMPRESAS RETOMAR LA PRESENCIALIDAD?
A FAVOR
Socializar, volver a ver a los amigos, retomar los cafés... En definitiva, volver a una vida y unos pequeños placeres que también acompañan a las duras jornadas en la oficina.
Nuestra salud mental
El confinamiento, los toques de queda y la distancia social han desarrollado comportamientos que la vuelta al trabajo, aunque sea unos pocos días a la semana aliviaría.
Incrementar el empleo
Las empresas de restauración han tenido que encajar el golpe, como pocos otros negocios, del Covid. Muchas esperan reactivarse con menús de mediodía o desayunos y sacar a sus empleados del ERTE.
Paso previo a las vacaciones
Trabajar en la oficina es el paso anterior a irse de vacaciones. Los viajes –al trabajo o a Cancún–, están en el horizonte.
EN CONTRA
Prudencia y freno. Eso recomiendan los epidemiólogos ante las prisas que muestran algunas personas por volver al puesto de trabajo en la oficina. Razones económicas y sociales también lo apuntalan.
Economía casera
Los meses de teletrabajo han supuesto para muchos un importante ahorro: en carburante, comidas y... tiempo. Pocos son los que quieres volver a ese «dispendio».
El virus sigue ahí
A diferencia del cuento del dinosaurio de Monterroso, nadie ha despertado de esta pesadilla. La pandemia sigue, se mantiene, tal y como demuestran los datos, y la oficina es el lugar ideal para contagiarse.
Una oportunidad para la conciliación y el planeta
El confinamiento ha dejado al aire nuestro lado más zen. De ello se beneficiará el planeta... y quizá nuestra pareja.