Una noche loca de muy buen rollo
Obra: «Amores en Zarza». Texto: Nando López. Música (seleccionada e instrumentada por Miquel Ortega): Chueca, Valverde, Serrano, Sorozábal, Chapí y Giménez. Dirección musical: Miquel Ortega. Dirección escénica: Rita Cosentino. Madrid, 4-III-2021
Bajo el lema «Zarzuela por jóvenes y para jóvene» nació hace cuatro años el Proyecto Zarza, al que se da cabida en el Teatro de la Zarzuela. Esta temporada, en vez de centrar la atención en un solo título, se ha enhebrado una trama, ideada y escrita por Nando López, que casa de manera muy natural con las música preparadas por Miquel Ortega, que preside desde el piano un conjunto de cámara integrado por ocho también jóvenes y valiosos instrumentistas. Todo sucede en el anochecer de un 15 de agosto en un parque de las afueras de Madrid en el que abundan los graffitis. Un grupo de diecisiete muchachos y muchachas nos dejan ver sus cuitas, sus dudas, sus querencias, sus relaciones más o menos tempestuosas, sus pasiones… Se habla de manera muy acelerada, velocísima, con un ritmo vivo, casi atosigante, con exclamaciones, gritos, idas y venidas; con descubrimientos impensados. Se baila, y muy bien, sobre una magnífica coreografía realizada por Nuria Castejón, que está estupendamente ensamblada, de un dinamismo que es contagioso y que es seguida a pies juntillas por el grupo. Se grita, a veces en exceso. Y también se canta. No estamos ante el desarrollo normal de una producción de zarzuela al uso, sino de una sucesión de viñetas ilustradas por el baile y la música extraída de algunas obras, no siempre muy conocidas, del repertorio, estupendamente instrumentadas y tocadas. Y cantadas de aquella manera. No se busca la impostación, el rigor lírico –de hecho, en realidad, no existe ninguna romanza propiamente dicha– sino la vistosa iluminación e ilustración en un tono más propio de la comedia musical o, de alguna manera, el heredado a través del tiempo, de aquellos espectáculos dieciochescos conectados con la tonadilla, en donde brillaban los llamados actores de cantado. Voces de relativa impostación, de emisión natural y abierta, que saben conjugar el movimiento con el canto. Realmente por tanto no hemos apreciado ningún instrumento vocal con reales posibilidades de ir adelante en el mundo más estricto de la zarzuela o de la ópera. Los timbres de las féminas suenan prácticamente todos igual con el sello de una soprano ligera. Hay más
«Nuria Castejón ha realizado una magnífica coreografía que está estupendamente ensamblada»
No se buscó la impostación, el rigor lírico, sino la ilustración en un tono más propio de la comedia musical»
diferencia entre los hombres, entre los que pueden distinguirse los tenores más claros o más oscuros; incluso con algún apunte baritonal. Mencionemos al menos los nombres de algunos de los intérpretes principales: Pascual Laborda, Sylvia Parejo, Srtaya Estévez, Ferrán Fabà, María Gago, Guiillermo Pareja, Lola Segura… El público, en su mayoría joven, que llenaba el Teatro hasta donde las limitaciones de aforo lo permitían, se lo pasó en grande y aplaudió y braveó con entusiasmo. Al final hubo un animado coloquio dirigido por el director artístico del Teatro, Daniel Bianco.