La Razón (Cataluña)

VOLVEREMOS A VIVIR ESE MADRID SOÑADO

- Por José Luis Martínez Almeida

ElEl domingo pasado tuve la oportunida­d de pisar el césped del Estadio Wanda Metropolit­ano para, junto al socio número 1 del Atlético de Madrid, hacer el saque de honor del derbi de nuestra ciudad. Fue un homenaje sentido a todos aquellos que llevamos un año ya sin poder ir a los estadios a animar a nuestro equipo cada jornada. Sirva esta efeméride relacionad­a con el fútbol, que como todo el mundo sabe es lo más importante de las cosas menos importante­s de la vida, para reflexiona­r sobre el aniversari­o del confinamie­nto y de la pandemia en nuestra ciudad.

Un año en el que, en mi condición de alcalde de Madrid, he sido testigo de los momentos más duros vividos por nuestra ciudad desde hace décadas. Cientos de miles de madrileños, de españoles, han sido contagiado­s por un maldito coronaviru­s que ha acabado con la vida de muchos de ellos, demasiados. Un virus que ha transforma­do radicalmen­te nuestra forma de saludarnos, de movernos, de relacionar­nos, de vivir. Un virus que ha cambiado la forma de ver lugares icónicos de Madrid, como IFEMA, el Palacio de Hielo, o la plaza de Cibeles, donde un fuego eterno rinde homenaje a todos aquellos que nos han dejado.

Un virus, que nos ha obligado a sacar lo mejor de nosotros mismos, a redoblar los esfuerzos para, como sociedad, entenderno­s entre nosotros para ayudarnos. Comunidade­s de vecinos, asociacion­es, parroquias, colegios, autónomos, empresas. La llamada sociedad civil ha dado un ejemplo encomiable de comportami­ento frente a la adversidad a la que nos hemos enfrentado. Y como parte de dicha sociedad que somos, las institucio­nes, los políticos, hemos tenido que hacer un esfuerzo para estar a la altura de las circunstan­cias. Me honra decir que el Ayuntamien­to de Madrid ha sido un ejemplo para toda España a la hora de llegar a acuerdos en favor de los madrileños. Y por ello, desde el principio de esta tragedia no dejamos de trabajar hasta conseguir alcanzar el que posiblemen­te sea el mayor hito de esta legislatur­a: los Acuerdos de la Villa. Este documento, aprobado por unanimidad por cinco grupos políticos tan ideológica­mente distintos, con 352 medidas concretas para superar la crisis, han sido puestos como ejemplo por parte de administra­ciones de toda la nación. España nos miraba con atención por haber sido la ciudad que más sufrió los efectos de la primera ola de la pandemia, y no podíamos defraudar a nadie. Los Acuerdos van más allá de hechos relativos a la crisis sanitaria y que suponen una nueva hoja de ruta para todos los que tenemos la responsabi­lidad de gobernar esta ciudad. Creo que supimos estar a la altura que nos exigía el heroico comportami­ento del pueblo de Madrid, durante la pandemia, que le hizo acreedor de la Medalla de Oro de San Isidro, máxima distinción de nuestra ciudad.

Por todos los madrileños, en este primer aniversari­o de pandemia, quiero reforzar mi compromiso con la ciudad de Madrid, mi compromiso para conseguir hacer realidad esa ciudad que soñamos. Ninguna pandemia, ninguna crisis económica nos va a impedir aspirar al mejor Madrid posible. A un Madrid que supere letargos y que piense con grandeza, con grandeza para todos. Porque no solo ese es el verdadero legado que hay que dejar, sino que es el camino para la prosperida­d y mejora de la vida de los madrileños. No vamos a renunciar a un Madrid que escale a los primeros puestos del desarrollo tecnológic­o y digital. No vamos a dejar de aspirar a un Madrid sostenible, con aire limpio y con una movilidad amable e integrador­a. A una ciudad que siga siendo el motor económico del país, en un clima de impuestos bajos pero suficiente­s para financiar los excelentes servicios públicos municipale­s. Una ciudad en la que generar empleo y riqueza sea fácil, en el que las empresas y los trabajador­es se sientan bien, amparados, que propicie el emprendimi­ento y el desarrollo económico y personal de los ciudadanos.

No podemos resignarno­s y no aprovechar nuestro descomunal legado cultural e histórico. Si tenemos el talento y la creativida­d, cómo no va a ser Madrid la ciudad de la cultura, la capital de nuestro idioma común, un polo de desarrollo cultural que dé satisfacci­ón cultural a los madrileños y que sea un reclamo de la inteligenc­ia y la creación artística de aquellos que quieran venir. Y con ello consolidar­nos como una ciudad querida y apetecible para millones de turistas con los que compartir calles, cultura, y la forma de vida única e inimitable de los madrileños. No vamos a renunciar a tener un Madrid para todos, en el que la libertad y la integració­n no sea un objetivo, sino una realidad. Un Madrid libre, seguro, apetecible para los de dentro y los que quieran venir de fuera. En el que no haya injusticia­s sociales, en el que haya igualdad de oportunida­des.

No queremos dejar de aspirar a tener una ciudad de y para todos. En la que nadie se queda atrás y las oportunida­des sean abundantes y para todos. No podemos permitirno­s dejar de aspirar al mejor Madrid, aunque solo sea porque el sacrificio, la entereza, la solidarida­d y ejemplarid­ad de los madrileños lo merece. Esos madrileños que hace un año se metieron en casa para no salir ni siquiera a animar a sus equipos de fútbol. Volveremos a vivir ese Madrid soñado. Que nadie lo dude.

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EFE Dos sanitarias se abrazan a las puertas de un centro hospitalar­io
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