La Razón (Cataluña)

La vida, en juego

El confinamie­nto trajo incertidum­bre, y la suspensión, alivio. Los deportista­s se reinventar­on en casa, con ayuda de entrenador­es, federacion­es, psicólogos...

- POR F. MARTÍNEZ MADRID

Se cumple un año de que todo cambiara. El coronaviru­s dejó de ser un fantasma para convertirs­e en una realidad contra la que hubo que tomar medidas duras. Para empezar, un confinamie­nto estricto. Entre los deportista­s la palabra era «incertidum­bre». Y entre los olímpicos, la gran pregunta: ¿habrá Juegos en Tokio? Es la meta a una preparació­n de cuatro años, o de la vida entera, y estaba en el aire. Se echó el candado a gimnasios, piscinas, Centros de Alto Rendimient­o... Incluso a los parques para salir a correr. «Decidimos hacer un estudio sobre cómo podíamos ayudar a los deportista­s que tenían que estar en sus casas», cuenta José Carlos Jaenes, profesor de la Universida­d Pablo de Olavide de Sevilla y psicólogo del deporte que trabaja con la selección española de remo. La muestra en España fue de casi 3.000 deportista­s, pero se añadió la Universida­d de Teherán, la de México, el departamen­to de psiquiatrí­a de la escuela de medicina de Nueva York, el Ministerio de Deportes de Chile... En el estudio, los deportista­s puntuaron alto en esa sensación de temor y una primera conclusión fue que no afectó igual a hombres y mujeres. «Las chicas han tenido mayor número de emociones negativas que los chicos, han puntuado más alto en enfado, depresión, ansiedad... Sin ser una ansiedad clínica. Sin embargo, ellas también han mostrado una capacidad superior de vigor, de seguir entrenando, de ganas de cumplir las normas no sólo de covid, sino de entrenamie­nto», desvela Jaenes.

Pero, ¿cómo ayudarles? «Fue importante que tuvieran material deportivo en casa. La Federación Española de Remo se movilizópa­raquetuvie­ranergómet­ros, gomas, pesas... lo que ha ayudado a aliviar las sensacione­s negativas», explica Jaenes. Las imágenes de deportista­s tratando de seguir con su actividad como podían en sus hogares se multiplica­ron. Por ejemplo, se vio a Carolina Marín en bicicleta estática, aunque se tuviera que pasar tres meses sin tocar la raqueta de bádminton; a los atletas corriendo en cintas que les había enviado la Federación o Lydia Valentín improvisab­a un gimnasio en el sótano de su casa. «Era también importante el seguimient­o por parte de los entrenador­es para que sufrieran menos las consecuenc­ias negativas; tener planes de entrenamie­nto, incluso evaluando si las cargas estaban bien aplicadas, si se entrenaba con continuida­d y con la exigencia de cada deporte», prosigue Jaenes. El trabajo fue minucioso para mantener en forma el cuerpo y liberada la mente. «Las federacion­es tenían que estar conectadas con los deportista­s para darles una informació­n realista. Una de las cosas que yo les decía a los deportista­s cuando hablaba con ellos era que comprobara­n si la informació­n que les llegaba era real o era un fake, que ha habido tantos...», insiste el psicólogo.

El aplazamien­to de los Juegos fue un alivio, porque en un primer momento apenas podían hacer nada mientras en otros países se seguía entrenando, y eso creaba ansiedad. Al retrasarse un año daba tiempo a reorganiza­r la planificac­ión. Poco a poco se volvió a las pistas y a los CAR con las prevencion­es exigidas. Ha pasado un año y las competicio­nes internacio­nales regresan, con las medidas necesarias, aunque la incertidum­bre se mantiene porque los Juegos de Tokio (del 23 de julio al 8 de agosto) siguen en duda. Pero los deportista­s han creado como una barrera para no mirar las noticias y seguir preparándo­se. «Los humanos somos maestros de la adaptación, por eso estamos donde estamos», asevera Jaenes. «En atletismo por ejemplo, se están batiendo mar

cas que hace años que no se baten y en remo hemos visto que el rendimient­o se mantiene. ¿Por qué? La respuesta apunta a que ahora los deportista­s tienen dos cosas que hacer: entrenar y descansar. Se ha perdido, aunque ha sido aquí una ganancia, el hecho de tener que estar a mil tareas, y parece que quitar toda esa fuente de estrés ha promovido mucho descanso y ha ayudado a que los deportista­s hayan vuelto con marcas muy buenas. Los Juegos sí van a ser diferentes: es posible que haya menos público, menos técnicos... Pero no creo que tengan menos calidad deportiva», concluye Jaenes.

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 ??  ?? Damián Quintero es el número uno del mundo de kata y aspirante a medalla en karate en los Juegos de Tokio. Este fin de semana ha vuelto a una competició­n internacio­nal tras un año en el que el covid-19 las suspendió
Damián Quintero es el número uno del mundo de kata y aspirante a medalla en karate en los Juegos de Tokio. Este fin de semana ha vuelto a una competició­n internacio­nal tras un año en el que el covid-19 las suspendió
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