La grieta se ahonda en Brasil

¿Conserva Lula el apoyo popular? ¿Su posible candidatura para las elecciones de 2022, ¿ampliará la polarización en Brasil?

No sabemos aún si Lula conserva el apoyo popular en porcentaje de voto según los sondeos, pero esto sí que va a ahondar la grieta. No nos olvidemos que la grieta en Brasil y en Argentina son construcciones que han hecho las mismas presidencias autoproclamadas «progresistas», que son las que empezaron a identificar al otro como enemigo y a construir la grieta en la sociedad, que ahora no se puede cerrar. Bolsonaro fue la expresión de ese descontento popular que se venía arrastrando con los partidos políticos. La polarización va más allá de si la gente es pro Bolsonaro o pro Lula. La grieta son dos proyectos de país diferentes, como ha pasado en Argentina. La cuestión es cómo vamos a reconstruir el tejido social a partir de esa división.

El poder político está desacreditado en Brasil, ¿cree que después del caso Lula también lo está el poder judicial?

Tenemos un problema con el poder judicial en América Latina, no solo en Brasil. Lo hemos visto también en Bolivia, en Ecuador y en Argentina, donde los casos de corrupción contra Cristina Fernández Kirchner no avanzan o lo hacen de forma lenta, y mientras tanto ella avanza sobre la justicia. Mi conclusión al ver estos procesos es que si el poder judicial no termina de ser independiente y se mantiene como ese resguardo republicano que necesita la democracia, vamos a ver retrocesos democráticos y avances de los poderes ejecutivos sobre los otros poderes. El poder judicial era el último bastión que podía evitar ese avance de talante autoritario. Que esa valla de contención no exista o que haya una connivencia entre los poderes es un problema para la salud y para el futuro de la democracia.