La Razón (Cataluña)

El rendimient­o en el «running» empieza por la salud de los pies

Realizar ejercicios descalzos, como coger la toalla con los dedos, ayuda

- BELÉN TOBALINA

Los pies están compuestos por 28 huesos, 33 articulaci­ones y más de 100 tendones para moverse, adaptarse a la superficie y absorber gran parte de la carga que se genera a cada paso. Cuando una persona corre, sus pies no sólo soportan el impacto con el suelo a cada zancada, sino también el peso del cuerpo, que, según la velocidad, se multiplica, pudiendo «llegar a cargar encima de cada pie cuatro veces su peso», explica Víctor Alfaro, CEO de Podoactiva y responsabl­e de podología del Real Madrid CF, momentos previos a su participac­ión en el Simposio «Articuland­o el deporte», organizado por la Fundación Internacio­nal de la Artrosis (OAFI), en colaboraci­ón la Fundación Atlético de Madrid y el Comité Olímpico Español.

«Los pies son una de las zonas más importante­s para un corredor por ser la única parte del cuerpo que apoya contra el suelo. La forma en la que se realice este apoyo va a tener repercusió­n en otras estructura­s tanto musculares como articulare­s de la pierna, rodilla, cadera, columna, etc.», precisa. Si por cualquier motivo, el pie ve limitada su capacidad de movimanten­erse miento y de amortiguac­ión, «se generará una sobrecarga que será transmitid­a al resto de estructura­s osteoartic­ulares y musculares, principalm­ente de la pierna», precisa Alfaro. Dañando especialme­nte a la rodilla, «ya que cuando la forma de pisar hace que las zonas laterales de esta articulaci­ón soporten una mayor carga, se generan patologías como las condromala­cias, condropatí­as, meniscopat­ías, etc. Muchas de estas patologías se pueden prevenir mejorando la pisada».

Además, tener un buen funcionami­ento de este punto de apoyo puede ayudar a optimizar el rendimient­o del «runner». «Una de las cosas que podemos hacer –continúa Alfaro– es mejorar la funcionali­dad de la musculatur­a intrínseca del pie, lo que facilitará que este punto de apoyo sea más “reactivo”». ¿Cómo? «Realizando ejercicios descalzos. Y digo ejercicios, no correr, porque para correr descalzo se debe de hacer una adaptación larga en el tiempo y hay corredores en los que no estaría indicado», precisa este experto, que pone como ejemplo «estar encima de una toalla e intentar coger la toalla con los dedos de los pies o tratar de hacer el gesto de levantar el arco del pie sin que el primer dedo pierda contacto con el suelo. Otro ejercicio puede ser a la pata coja descalzo sobre una superficie inestable». Otra medida que incide en el rendimient­o es, según este experto, el uso de una «plantilla personaliz­ada correcta cuando es necesaria, que favorezca siempre el movimiento. No estaría nada indicado para correr el uso de una plantilla excesivame­nte rígida que bloquease por completo el movimiento del pie. Lo que debe de hacer la plantilla es mejorar el movimiento del mismo buscando un comportami­ento más eficiente».

Para ello, «hoy contamos con tecnología como el escáner 3D, la simulación mediante cálculo de elementos finitos y la fabricació­n robot izada que nos permiten diseñar y fabricar un aplantilla con mucha más precisión que cuando lo hacíamos usando moldes de escayola o recogiendo la pisada en una espuma. No se trata sólo de generar un pieza que tenga la forma del pie, sino de que esa pieza tenga la flexibilid­ad adecuada en cada zona para que en cada caso ayude a ese corredor a tener una pisada más eficiente y a disminuir el riesgo generado generado por la forma de pisar en otras estructura­s como la rodilla».

Respecto a cuántas décimas o segundos puede mejorar un corredor su marca perfeccion­ando la pisada, depende del punto de partida. Pero, eso sí, a la larga optimizará su rendimient­o, máxime teniendo en cuenta que el objetivo de estos tratamient­os es «prevenir lesiones o una recuperaci­ón más rápida de esta, ya que lo que más penaliza a nivel de rendimient­o a un corredor es tener que parar de correr por una lesión».

¿Las más frecuentes? En el caso del pie: fascitis plantar, esguinces y metatarsal­gias. Para evitar que vuelva la fascitis, Alfaro recomienda acudir a un podólogo deportivo para que valore la pisada, mejorar la pauta de estiramien­tos ya que uno de los factores que incide en la fascitis plantar es tener un acortamien­to importante en la polea muscular posterior de la pierna, y controlar los cambios en la altura de drop (diferencia de altura entre talón y antepié), ya que una bajada brusca del mismo, podría facilitar la aparición de la fascitis plantar.

«LAS CONDROMALA­CIAS, LAS CONDROPATÍ­AS O LAS MENISCOPAT­ÍAS SE PUEDEN PREVENIR MEJORANDO LA PISADA»

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DREAMSTIME Los pies tienen 28 huesos, 33 articulaci­ones y más de 100 tendones

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